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Reportaje:Atenas 2004 | GIMNASIA: ERRORES FATALES

La diagonal maldita

Gervasio Deferr falla en la segunda serie de saltos y vuelve a perder, como en Sidney, la medalla en suelo

La bomba no explotó a la primera. Gervasio Deferr, como en Sidney, pero más doloroso aún, falló en suelo y se quedó esta vez al borde del podio. Hace cuatro años no entró en la final y ahora fue cuarto, el puesto de los desheredados. Una diagonal maldita, la segunda, que no hizo como normalmente la hace, le dejó fuera de las medallas. Salía en una buena posición, la sexta de los ocho finalistas, y, aunque las notas ya eran muy altas, podía con ellas. Al menos, para estar en el podio. Pero la conexión de la doble pirueta con el mortal en plancha hacia delante es la que le falló. El mortal lo hizo muy bajo y el mortal y cuarto a rodar siguiente lo tuvo que hacer ya muy amplio, forzado. Los jueces, lógicamente, no se lo perdonaron.

Gervi pasó de estampida por la zona mixta y se fue a la grada. "He perdido yo", dijo luego
La mala conexión de la doble pirueta con el mortal en plancha hacia delante le condenó
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Salió en la primera diagonal explosivo, como siempre. Su rebote final a tiempo, sin peligrar su salida del tapiz, prometía lo mejor. Deferr tiene unas capacidades físicas extraordinarias, aunque ayer también tenía a su alrededor especialistas asombrosos. Pero en la siguiente diagonal vino el error y ya peligró todo. No clavó la salida, pero quizá era lo de menos. Se quedó en 9,712 puntos, que no alcanzaba los 9,787 del canadiense Shewfelt y el rumano Dragulescu, el eterno rival, y hasta los 9,775 del también potentísimo búlgaro Jovtchev. Éste le quitaría el bronce y el oro sería para el Shewfelt en el desempate que se saca por la mejor media de las notas del jurado de penalización. Deferr, para mayor desgracia, superó al estadounidense Paul Hamm y al japonés Nakano, que le igualaron en los dos últimos ejercicios a 9,712. Entre cuarto y sexto ya daba lo mismo. Gervi, con su carácter tan particular, no quiso hablar -"la medalla la he perdido yo", dijo luego-, pasó de estampida por la zona mixta y se fue a la grada a apoyar a su compañero Víctor Cano, que actuaba poco después en el caballo con arcos. El seleccionador, Álvaro Montesinos, le disculpó diciendo que tenía que concentrarse para el salto.

Esta temporada, después de volver de la sanción por su positivo por hachís que le hizo perder la medalla de plata en suelo de los Mundiales de 2002, se había centrado más. En el concurso del primer día por equipos estuvo relajado y se metió en las dos finales de suelo y salto. La que mejor tiene, la que no es tanta lotería, se le ha vuelto a escapar. Hoy tiene la segunda oportunidad en salto, la que cogió al vuelo de su enorme potencia en Sidney. "Espero que me salga bien", dijo después entre decepcionado y enfadado por haber perdido la medalla.

También hoy la jovencísima Patricia Moreno estará en la final de suelo que se perdió Elena Gómez. Jesús Carballo, el entrenador, no ha querido estos días casi ni hablar de ello para no meterle presión. Entró con la quinta mejor puntuación y tendrá rivales como la campeona mundial, la otra bomba brasileña, Daiane dos Santos.

Lo de Cano estaba mucho más difícil porque actuaba en primer lugar. Y estuvo espléndido, con unos molinos americanos altísimos y cambios de arcos y de manos sincronizados. Sólo tuvo dos o tres toques, los casi inevitables en los molinos normales, cuando las piernas pasan cerca del caballo y los roces son una maldición casi segura. Pero el 9,762 fue muy alto y lo demostró que el mismísimo Hamm, el campeón del concurso múltiple ya discutido por la puntuación del coreano Yang, se quedó en 9,737 y no le pudo superar. Sin embargo, quedaban demasiados hombres importantes, empezando por el grandísimo especialista rumano Urzica. El pequeño hombre del bigotito, ligerísimo, parece una pluma sobre el caballo. Y dio el primer empujón hacia abajo del podio a Víctor tomando una opción al oro con 9,825.

El japonés Tashima, que venía como la gran estrella y se ha quedado en casi nada, aunque ganó el bronce consolador, bajó aún más al español con sus 9,787 y terminó de hacerlo el chino Huang Xu con apenas 13 centésimas más: 9,775. Su joven compatriota Teng Haibin, que llevó al desastre a su país por equipos, no falló esta vez y le quitó a Urzica el oro. Víctor se había metido en la final como quinto y ahí siguió.

Gervasio Deferr, en el ejercicio de suelo.
Gervasio Deferr, en el ejercicio de suelo.GARCÍA CORDERO

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