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Atenas 2004 | HÍPICA: EL GRAN DÍA ESPAÑOL

Castrado, pero con carácter

Atenas

Beatriz Ferrer-Salat apunta a la segunda medalla, esta vez individual. Plata mundial en 2002 y bronce europea en 2003, de nuevo puede subirse al segundo lugar del podio, aunque todavía le quedan dos duras jornadas. De momento, le acompañan Rafael Soto, séptimo, y Juan Antonio Jiménez, décimo, para el Gran Premio Especial de mañana. Si mantienen los puestos, incluso llegarían dos días después al Gran Pemio libre, al que pasarán los 15 mejores.

Muy contenta, pero con la seriedad que le es habitual, Beatriz analizó su ejercicio y se fue relajando: "Lo que me pasó es que no tenía ni idea de cómo iba a acabar. Si iba a sacar 70, 72 o 74 puntos; si iba a ir fenomenal o no. O sea, que al final todo ha ido a tope de las expectativas. Estoy encantada. Al acabar la prueba sabía que lo había hecho muy bien, pero antes de salir no estaba segura. La buena actuación de ayer [anteayer] nos había dado muchos ánimos. Por eso sólo pensaba: 'Por favor, que no la cague'. Después de lo que han hecho los demás...". Y añadió: "Si el bronce era un sueño, la plata ya no tiene nombre. Alemania es inalcanzable. Ha sido el trabajo y el sacrificio de muchos años por parte de todos. Hay que hacerlo bien para que te lo valoren los jueces. A los alemanes sí se lo regalan, pero nosotros tenemos que luchar".

Beatriz pensaba que tenía más posibilidades de medalla el equipo y hasta se ha sorprendido de su segundo puesto individual. "Estoy ahí. A ver qué pasa.".

Beauvalais, volvió a responderle. "Sigue magnífico", pero matizó: "Es un caballo complicado, pero la verdad es que se ha portado fenomenal". Beauvalais, que puede costar hoy un millón y medio de euros fácilmente, fue comprado hace años por Beatriz. Es alemán y estaba castrado. Es muy habitual que los alemanes los castren cuando tienen un mínimo de mal carácter. No se ha hecho con los de raza española, salvo que sean ingobernables. Beauvalais, de todas formas, sigue teniendo carácter. La gran diferencia es que su anterior dueño no podía con él y Beatriz sí. "Yo lo llevo muy bien. Nos entendemos muy bien", concluyó sonriendo.

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