Cóctel de éxito con Dalí, Falla y Lorca

Dos ballets unidos por los telones de Salvador Dalí: El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, y El café de Chinitas, basado en las canciones populares armonizadas por García Lorca, se estrenaron anteanoche en la clausura del Festival de Peralada (Girona) por primera vez en España. Dos montajes en los que se aprecia un impecable y compenetrado trabajo en equipo, fruto de la coproducción de este festival con los de Santander, San Sebastián, Granada, el Centro Andaluz de Danza y la colaboración de la Fundación Gala-Salvador Dalí. Dos éxitos que se basan en la precisa conjunción de unos ingredientes de primera. Dos cócteles llenos de genialidad aclamados por el público con una larga y sonora ovación.

El primer cóctel es un clásico: El sombrero de tres picos, y contiene dos tercios de Manuel de Falla enlatado (por la Orquesta Sinfónica de Londres) y uno de Salvador Dalí (telón y diseño del vestuario). El coreógrafo y director escénico José Antonio, del Centro Andaluz de Danza, se encarga de remover los ingredientes para dar con ese sabor añejo de fuerte carácter español que, junto a los excéntricos toques surrealistas, cataron en Estados Unidos cuando el montaje se estrenó allí en la década de 1940 y que en España seguíamos sin conocer. José Antonio, además, se reserva el papel del rijoso Corregidor dieciochesco, cuyas andanzas y amores por la joven molinera, una estupenda Úrsula López, componen la trama de esta temperamental partitura. El cuerpo de baile, maravillosamente ataviado con las ricas telas y los detalles ornamentales con los que la diseñadora Ivonne Blake reinterpreta el vestuario creado por Dalí, sigue con ritmo y fuerza el grotesco relato escénico que marcan los instrumentos.

El segundo, llamado El café de Chinitas, es un cóctel de creación a partir de una base tradicional: sobre las ocho canciones populares españolas recogidas y armonizadas por Lorca sobresalen unos logrados arreglos jazzísticos de Chano Domínguez y su grupo en directo (piano, teclados, guitarra, batería, bajo y cantaor). Los telones de boca y de fondo de Dalí son, junto a las imágenes en vídeo de Lluís Danés, las rodajas de su personal iconografía que inmortalizaron sus obras. La voz de la cantaora Esperanza Fernández como solista aporta la garra al sabor ligero de los temas populares. La dramaturgia de Danés es otro ingrediente innovador a este combinado y aporta el hilo argumental a las canciones de Lorca.