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Entrevista:Josep Piqué | Presidente del Partido Popular de Cataluña | EL FUTURO DEL PP

"El PP debe reflexionar sobre por qué generó un rechazo tan heterogéneo"

Josep Piqué (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1955), presidente del PP de Cataluña, es uno de los dirigentes territoriales que mejor se ha situado en el núcleo duro dirigido por Mariano Rajoy. Piqué considera que el PP debe reflexionar sobre por qué provoca aún tanto rechazo en sectores "muy heterogéneos" de la sociedad y propone incidir especialmente en las formas para volver a ganar el centro que a su juicio conquistó en 2000.

Pregunta. ¿Cuáles deben ser los objetivos del congreso del PP?

Respuesta. Creo que hay dos grandes objetivos: transmitir a la sociedad que tenemos un proyecto vivo, que no está agotado tras ocho años de gobierno, y al mismo tiempo renovar personas, mensajes, contenidos y asumir una situación política: ahora estamos en la oposición y tenemos que ser capaces de volver al Gobierno lo antes posible.

"Debemos ganar el centro político, y esto se consigue con determinados contenidos y también con determinadas formas"
"La expresión de España como 'nación de naciones' a mí me parece bien, pero creo que genera más problemas de los que resuelve"
"Sería un error ver a Mariano Rajoy meramente como la continuidad de Aznar; Rajoy tiene que ser Rajoy"
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P. ¿El PP necesita un nuevo giro al centro?

R. Tenemos que tener siempre la ambición de ser Gobierno y esto implica ganar el centro político y tener un mensaje complejo para conseguir lo que se consiguió de manera clara en 2000: agrupar todo el electorado que va de la derecha al centro. Esto se consigue con determinados contenidos y también con determinadas formas y creo que es aquí donde tenemos que incidir.

P. ¿En qué momento se perdió la centralidad de 2000?

R. Creo que esta centralidad no se hubiera perdido sin los acontecimientos del 11-M y los días posteriores. Otra cosa es que a raíz de estos acontecimientos hubo una movilización muy intensa de un electorado que normalmente no vota. Es posible que determinadas actitudes del PP pudieran influir. Y es ahí donde tenemos que hacer una reflexión y probablemente un cambio.

P. ¿Está hablando de Aznar?

R. No. Creo que sucedió lo que a todos los partidos que tienen mayoría absoluta. Acomodarse a ella es lo más fácil del mundo, pero después suele tener consecuencias.

P. Pero el PP sigue manteniendo mucho rechazo en las encuestas. ¿Cree que el paso a segundo plano de Aznar les puede ayudar?

R. Hay que poner las cosas en su contexto. Si no hubiera sucedido nada fuera de lo normal, hoy el PP seguiría gobernando, con un presidente del Gobierno distinto del anterior y por tanto con un talante y unas políticas distintas. La pregunta no tendría sentido. Otra cuestión es por qué en unos momentos muy concretos se genera un voto anti-PP en sectores muy heterogéneos de la sociedad. Aquí tendríamos que hacer una reflexión doble: qué hemos hecho para generar este rechazo y también qué contribución a ello tiene determinada expresión de lo que se dice en ciertos medios que significa el PP y que no es.

P. ¿En qué debe poner entonces el acento el PP?

R. Creo que el punto fuerte en el Gobierno fue dar respuesta a los problemas concretos de la gente. Esto a veces ha supuesto un lenguaje excesivamente tecnocrático y un tanto alejado de las emociones y los sentimientos de la gente. La política no es sólo eficacia; los sentimientos juegan. Pero nuestro punto fuerte debe ser el mismo: la capacidad para resolver problemas concretos, generar empleo, mejorar la enseñanza, las infraestructuras. Un lenguaje más cercano a las personas es algo que nos tenemos que plantear.

P. ¿Cómo evalúa la predisposición de Gallardón a formar parte de la cúpula del partido?

R. Muy bien. He hablado con él recientemente y creo que es un activo muy importante. Ha demostrado que sabe ganar elecciones, incluso en condiciones difíciles. Y le veo muy ilusionado por participar en esta nueva etapa al lado de Mariano Rajoy. Y me consta que a Mariano Rajoy esta pretensión le satisface.

P. Él habla incluso de impulsar un proyecto nuevo. ¿Hasta qué punto es necesaria una cierta desaznarización del partido?

R. Yo no utilizaría jamás este término; todos le debemos suficiente a Aznar como para no utilizarlo. Aznar pasa a la historia de nuestro partido como un hito fundamental, pero es obvio que todos los liderazgos deben tener su propio perfil. Sería un error ver a Mariano Rajoy meramente como la continuidad de Aznar; Rajoy tiene que ser Rajoy.

P. ¿Y dónde tiene que buscar su propio perfil diferenciado? ¿En el talante?

R. Prefiero planteármelo en términos de objetivos. Su objetivo tiene que ser volver al poder después de estar en la oposición; el de Aznar fue conquistarlo desde la oposición y después mantenerlo. Por lo tanto se exigen actitudes, posiciones y políticas distintas. Por esto es tan importante el congreso del PP: es la primera vez que hacemos un congreso desde la oposición habiendo perdido el Gobierno.

P. ¿Usted también quiere estar en el núcleo dirigente?

R. Rajoy ha dicho que quiere que forme parte destacada de su candidatura y se lo agradezco. Pero también le he dicho que debe hacer las cosas con total libertad, que no se sienta comprometido. Es muy importante que se sienta cómodo con su equipo y que haga las cosas como crea que las debe hacer, con las mínimas cortapisas.

P. De momento le pidió la aportación sobre la España autonómica. ¿Ya tiene el diagnóstico?

R. Hay un margen suficiente para definir una política adecuada a las nuevas circunstancias, las que se derivan de un proceso iniciado no por nuestra voluntad, pero que legítimamente ha puesto en marcha el actual Gobierno. No soy partidario de que el PP simplemente diga que no es partidario de los cambios institucionales. Cuando se está en la oposición y la dinámica ya está en marcha me parecería irresponsable no participar con todas las consecuencias, con responsabilidad y aportando sentido común. Aquí es donde estamos preocupados: no vemos criterios claros por parte de aquellos que han iniciado esta dinámica. Es más, Zapatero dijo algo inconcebible: que aceptará sin más lo que venga de los Parlamentos autonómicos.

P. Sólo si es con consenso, dijo.

R. Aun así, ha olvidado algo fundamental: los estatutos son leyes orgánicas del Estado y como tal deben aprobarse en el Congreso. Decir que se va a aceptar sin más lo que venga de los Parlamentos autonómicos es hurtarle su capacidad para decidir sobre leyes sobre las que tiene la responsabilidad de decidir. Esto es grave. Pero además tampoco sabemos cuáles son los criterios de reforma de los estatutos.

P. ¿Y cuáles serán los del PP? Usted, que debe redactar la ponencia, ha pedido valentía.

R. Debemos ser coherentes. Éste no era nuestro objetivo, no está en nuestro programa y otros deben tomar la iniciativa. Lo que digo es que una vez se vayan presentando propuestas, vamos a hacer nuestros propios planteamientos. Pero antes tengo un enorme interés en saber qué es lo que se nos va a plantear.

P. En Cataluña el PP ha aceptado para el índice de la comisión parlamentaria que Cataluña es una nación.

R. Aceptar un índice significa aceptar un guión para el debate y nosotros no nos negamos a debatir ningún tema. Yo sé que para muchos catalanes Cataluña es una nación. Pero también hay muchos otros ciudadanos que creen que su nación es España. Entrar en este debate complica las cosas. No soy partidario de modificar este tema ni en la Constitución ni en el Estatuto.

P. ¿Tiene alguna reserva a que cada comunidad se defina como quiera si ello no supone diferencias de derechos ni privilegios?

R. No tengo ningún problema. Si la Constitución decide enumerar las comunidades autónomas de acuerdo a como se autodefinen en sus estatutos, no habría ningún tipo de problema, siempre y cuando sea compatible con la Constitución. Pero también debemos decir algo con claridad: no es compatible con la Constitución decir que Cataluña es una nación.

P. ¿Con la expresión Nación de naciones no sería compatible?

R. A mí personalmente me parece bien, pero no es cuestión de que a mí me satisfaga, sino de si resuelve problemas o no. Me da la impresión de que genera más problemas de los que resuelve.

Josep Piqué, el pasado martes en Barcelona.
Josep Piqué, el pasado martes en Barcelona.MARCEL·LÍ SÁENZ

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