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ZP, en primera persona | HUMOR
Columna
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Carod, las hachas y Rubalcaba

Ahora pensará usted que soy un sujeto violento, señor Sapatero. Lo siento. ¿Aceptará usted mis disculpas o se dejará llevar por sus prejuicios de español?

En el hueco que la lámpara había dejado en el techo al desprenderse asomaba el careto de Josep Lluís Carod Rovira.

-No ponga esa cara de estúpido si no quiere que después le llamen soso -añadió Carod, sin moverse del techo ni dar explicaciones.

Muchas veces he preguntado a Carme Chacón, mi descodificadora de Asuntos Catalanes, sobre Carod Rovira. Ella contesta desesperada y llena de signos de admiración, como por otra parte hace siempre, aunque sólo se le pregunte la hora. "¡Es que ya son las ocho y diez, José Luis!". "¡Es que Carod no tiene sentido del ridículo, José Luis! ¡Ése es el problema! ¡Y además, considera obligatorio que se le acepten las disculpas y entonces, ipso facto, se consideraba con derecho a insultar! Y yo digo: ¡no, señor! ¡Porque es como un niño mimado al que le ríen las gracias! Y yo digo: ¡no, señor!".

-¿Me va a traer usted una escalera o es que su país es tan casposo que soluciona este tipo de conflictos esperando que la gente se arroje al vacío?

-Josep Lluís, mira què has fet! -oí un susurro, en catalán, que provenía también del techo.

-Permita que le tradusca. Dice: "José Luis, mira qué has hecho" -me aclaró, condescendiente Carod Rovira-. Es Joan Puigcercós. Ya sabe, nuestro diputado con las patillas en forma de hacha. Usted hará bien en preguntarse, por muy español que sea, qué hacemos aquí dos dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya y, singularmente, por qué le ha caído a usted la lámpara casi matándole. Sin querer. Conste. Violentos no somos. Ya que no me trae una escalera y sigue sonriendo bobaliconamente, se lo explicaré desde el techo.

-Josep Lluís: no siguis bleda i calla!

-Dice Puigcercós que no sea acelga y que calle, pero yo le ignoro. Usted también: haga como si no estuviera. Ahora en mi partido tenemos una dirección bicéfala, ¿sabe? Viene del latín: nota / guanto, bi / céfala. O sea, yo solo, porque a mí el latín me la sopla, ya que tengo personalidad arrolladora y me paso la bicefalia por aquí. Como le iba diciendo, ¿qué hacemos en el techo? Mire: nosotros somos un partido un poco antisistema, ¡entiéndame! Pasíficos, pero... antisistema, qué le vamos a hacer. En resumidas cuentas, nos hemos metido en su casa y andamos zascandileando por el techo, espiándoles a ustedes y esas cosas.

-Josep Lluís!

-Dice: "¡José Luis!".

Qué pesado este Puigcercós. Es que ha estado en Madrid y con eso se las da de hombre de mundo, ¿sabe?

-Senyor Sapatero! -gritaba Puigcercós, ahogado como si tuviera un pie en la boca-. El líder sóc jo!

-¡Que te calles, chaval, que yo he hablado con ETA! ¿Qué te piensas? Si yo quiero, voy a Sabor a ti. ¡A mí me sobran las ofertas, muerto de hambre! (Todo esto se lo digo en castellano en aras de que usted me entienda, señor Sapatero).

-¡Os dije que no os dejarais ver!

-¡Ondia! ¡El Rubalcaba! ¡Corre, Puigcercós! Y disculpe lo de la lámpara, señor Sapatero.

MARIO MARQUERIE

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