La policía británica acusa a ocho hombres de conspirar para cometer ataques terroristas con armas químicas
La policía británica acusó ayer a ocho individuos residentes en el Reino Unido de delitos relacionados con el terrorismo tras expirar el plazo máximo de detención contemplado por la legislación. Todos están acusados de intento de asesinato y de conspiración para alterar el orden público con materiales radioactivos, componentes químicos, gases tóxicos y explosivos.
Además, tres miembros del supuesto comando tenían planos de instituciones emblemáticas, entre ellos las sedes del Fondo Monetario Internacional de Washington y del Citigroup de Nueva York. Su detención, el pasado día 3, coincidió con la alarma desatada por la Administración estadounidense sobre supuestos ataques de Al Qaeda contra instituciones financieras de EE UU y el Reino Unido.
La brigada antiterrorista de Scotland Yard opera sobre la premisa de que los ocho acusados son británicos, de origen asiático, de entre 20 y 36 años de edad y con domicilios en la capital y localidades cercanas. Fueron detenidos en una serie de redadas coordinadas con los servicios de espionaje y hoy comparecerán ante el juez en una sala especial de la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, al sur de Londres.Los ochos acusados formaban parte de un grupo de 13 detenidos. Dos de ellos quedaron posteriormente en libertad y el resto se enfrenta a cargos de posesión de armas ilegales y otros delitos no conectados directamente con la ley antiterrorista.
Desde el 11 de septiembre de 2001, la policía británica ha detenido a unos 600 sospechosos de terrorismo, acusados formalmente a menos de un centenar y procesados con éxito a 15. Una representante legal de siete de los últimos acusados denunció ayer una serie de abusos "psicológicos" por parte de la policía.
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