El secreto de las salidas de Renault
Si existe algún secreto en la efectividad que ha conseguido Renault en las salidas es simple y llanamente el trabajo. Aficionados, técnicos y pilotos se maravillan ahora de que la escudería francesa haya conseguido algo tan importante como tener la mejor tracción en la salida. Son los mejores, tal como ayer volvió a demostrar Fernando Alonso, con un adelantamiento sobre los BAR de Sato y Button, a quienes dejó con un palmo de narices. Ni siquiera los Ferrari tienen un sistema de salida tan desarrollado como los Renault. Y, no obstante, ése es un aspecto mecánico que tiene pocos secretos.
Renault lo ha desarrollado hasta límites impensables, porque hace muchos años que está quemando embragues, buscando el punto perfecto para tener la mejor tracción. Ya desde mi época en Benetton -y hace ya muchos años- pasábamos semanas y semanas en Santepot (a pocos kilómetros de Northampton, cerca de la sede de la escudería Renault), un circuito de velocidad pura que consiste simplemente en una gran recta, realizando pruebas con el embrague para obtener un buen rendimiento en las salidas. En tres días de trabajo quemábamos entre 20 y 30 embragues. Y ahora, Renault debe destrozar unos setenta al año. Cada embrague cuesta unos 11.700 euros.
Cuando se implantó la salida automática en la fórmula 1, Renault estaba ya preparado. Pero siguió mejorando la teconología y aplicando mejoras. Y ahora, cuando sólo se permite un sistema semiautomático, ha sabido aprovechar su conocimiento profundo de los arranques y ha logrado ir por delante de todos los demás. Lo mismo ocurrió con las suspensiones activas. Cuando se suprimieron, los equipos buscaron conseguir el mismo efecto aplicando la tecnología permitida. Y lo lograron.
Ahora, la salida es una cuestión que combina el poder de reacción del piloto y la tracción del coche. Renault pone mucho, pero Fernando Alonso sabe aprovecharlo. Sus salidas son espectaculares y le permiten iniciar las carreras desde posiciones mucho más confortables. Ayer saltó del quinto al tercer puesto. Sólo los dos Ferrari se le resistieron.
Michael Schumacher y Rubens Barrichello le dieron a la escudería de Maranello el título de constructores. Y Schumacher dio un paso más hacia la consecución de su séptima corona mundial. Pero Alonso hizo otro podio; y eso es un excelente augurio pensando en la próxima temporada.
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