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La protesta de un grupo de jóvenes desluce el pregón de la fiesta de Gràcia

Los vecinos trabajaron ayer hasta última hora con el fin de tener todo a punto para el evento

Un centenar de personas, en su mayoría jóvenes, recibieron ayer por la tarde con silbidos al concejal del distrito de Gràcia, Ricard Martínez, cuando apareció en el balcón del antiguo Ayuntamiento de Gràcia, en la plaza de Rius i Taulet, durante la lectura del pregón de la fiesta mayor del barrio, que este año corrió a cargo del director de los cines Verdi, Enric Pérez. Más allá de las protestas, los vecinos ultimaban por la tarde los preparativos de los festejos, que a partir de hoy, y como cada año, llenan las calles de la barriada de jolgorio.

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Poco dinero para tantos festejos

Cuando faltaban 10 minutos para que comenzara el pregón de la fiesta mayor del barrio, miembros de la Asamblea Fiestas Alternativas de Gràcia colocaron un andamio frente al balcón del antiguo Ayuntamiento de la plaza de Rius i Taulet. Dos portavoces del grupo se encaramaron a él y desde allí leyeron una octavilla, que también repartieron entre el público asistente, en la que acusaban al concejal del distrito, Ricard Martínez, "de transformar Gràcia en una marca turística y elitista". Los manifestantes desplegaron, además, pancartas en las que se leían críticas contra el Fòrum Ciutat, evento que patrocina algunos de los espectáculos del programa oficial.

Mientras tanto, el pregonero y las autoridades del distrito esperaban en el balcón con los brazos cruzados. Una vez terminada la protesta, el concejal se acercó al micrófono para presentar el pregón de este año. Fue entonces cuando los jóvenes trataron de interrumpirle con silbidos y gritos. Varios asistentes al acto mostraron su rechazo a las interrupciones.

También el presidente del Consejo del distrito de Gràcia, Ferran Mascarell, recibió abucheos de los alternativos cuando deseó a todos unas fiestas que hicieran bandera de la convivencia y el civismo.

Finalizada la lectura del pregón, de la que se encargó el director de los cines Verdi, Enric Pérez, el concejal no quiso hacer ningún comentario sobre el acto de protesta. Asimismo, se negó a hacer ninguna declaración sobre las desavenencias entre los organizadores de la fiesta oficial y los responsables de las actividades paralelas (véase EL PAÍS de ayer).

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Corrillos de turistas

Aunque en la mañana de ayer faltaba bastante para que estuviera todo a punto, ya había corrillos de turistas haciendo fotografías a las calles engalanadas de la fiesta mayor de Gràcia. Los vecinos sudaron la camiseta. A un día del comienzo de la celebración, que se inicia hoy y durará hasta el próximo domingo, quedaba mucha faena.

El ritmo del trabajo dependía de la aparatosidad de los adornos callejeros. Una cuerda señalaba en la calle de Joan Blanques la altura máxima de su decoración: tres metros. Más allá del estilo de la ornamentación, que va de la buena voluntad al barroquismo, todos compartían la misma ilusión y la actividad frenética de última hora. Las pilas de latas de cerveza en las puertas de los bares anunciaban también la alegre parranda que se avecina.

Los visitantes no se hicieron esperar. Por la tarde, los curiosos ya llenaban las calles. "Preferimos ver las calles ahora, porque después es un agobio con toda la gente que viene", comentó un matrimonio que se paseaba por el barrio. Así, los decorados recibieron tempranamente los primeros elogios, algo a lo que los vecinos ya están acostumbrados, porque la fiesta mayor de Gràcia es el gran acontecimiento festivo del verano barcelonés: el año pasado la visitaron dos millones de personas. Bailes con orquestas, conciertos de rock, sardanas, habaneras y actividades deportivas son algunas de las propuestas con las que se abre hoy la fiesta de todas las fiestas.

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