Dos actores para cuatro personajes y una reflexión

Fuera del cuerpo es una película sobre segundas oportunidades, sobre la posibilidad de tener una doble vida. En ella, José Coronado (Madrid, 1957) y Gustavo Salmerón (Madrid, 1970) comparten protagonismo y se enfrentan a dos personajes distintos cada uno. Hasta ahí llegan las coincidencias. Frente al mismo desafío, los dos actores han tomado caminos diferentes.

Salmerón ha escogido el más difícil. El actor se ha dedicado en cuerpo y alma a reflexionar sobre la psicología de sus personajes, sobre sus preocupaciones y su personalidad. "Es una manera de trabajar muy rigurosa, hay que trabajar mucho para llegar a hacer las cosas sencillas y simples. Ahora, quizás doy alguna vuelta de másy en un futuro quizás llegue por un camino más recto", explica.

Ese camino, el más recto, es el que ha elegido Coronado, veterano de mil papeles en cine, televisión y teatro. "Yo he sido como Gustavo, pero con eso algunas veces complicas las cosas, porque pierdes la esencia de lo que quieres contar". Su método se basa en la experiencia. "Recurres al bagaje que tienes detrás, a la mochila que llevas de experiencia, y evitas buscar cosas del personaje que pueden hasta distraer". Tras años enfrentándose a las cámaras, el público y los críticos, Coronado ya no se asusta de nada. "Voy relajado a los rodajes y ni me pueden los nervios, ni me tiemblan las piernas, ni me salen calenturas. No voy con miedo", añade. Salmerón también acepta que la experiencia es un grado. "José tiene una manera de ver la vida en la que no se exige tanto, en la que es más benévolo consigo mismo, con la vida. Es la serenidad de los años", reflexiona.

La complejidad de los dos personajes que cada uno interpreta en Fuera del cuerpo tampoco es equiparable. Salmerón interpreta a Bruno, un guardia civil que descubre que puede cambiar su triste vida a través de una realidad paralela, en la que es Álex, un famoso y rico actor. "Cuando te metes en un papel tienes que investigar mucho en tus vivencias, en lo que te ha pasado, y entonces, de repente, descubres cosas que no sabías que tenías, que a veces te gustan y otras veces no. En ocasiones esas cosas que los personajes te hacen sacar de ti, se quedan". Coronado, sin embargo, interpreta a dos personajes, un director de cine y un escultor, que no son conscientes de que existe una segunda realidad. "Son como la noche y el día, como el yin y el yang", sentencia el actor. "El director es un desgraciado, y el escultor, un personaje relajado y feliz. No he tenido ninguna complicación a la hora de interpretarlos porque ha sido como rodar dos películas distintas", añade.

Coinciden en que el filme esconde una reflexión más profunda tras el disfraz de comedia. Pero para cada uno es distinta. "Esta película me ha llevado a reflexionar otra vez sobre esa estupidez de los seres humanos de intentar aparentar algo que no somos o que queremos ser. Me ha hecho aceptarme más como soy, con mis virtudes y mis defectos, e intentar ser quien soy", asume José Coronado. Gustavo Salmerón va más allá. "Fuera del cuerpo es una reflexión hermosa sobre la creación, que tiene que ver con lo que uno pone en la obra de arte y lo que la obra de arte le devuelve".

Los dos, actores conocidos y asentados, productores ocasionales, coinciden en que el guión fue fundamental para que aceptaran rodar con un director novel. "Me encantó la cantidad de lecturas que tenía", explica Salmerón. Coronado sólo ve ventajas en rodar con un primerizo. "Trabajar con un director novel es un lujo, todo lo que puede tener de menos a la hora de experiencia lo suplen con un trabajo que llega hasta límites insospechados, porque se están jugando más que tú". "Tienen la humildad del que empieza para escuchar al que lleva muchos años en la profesión", sentencia.

Aunque son actores de éxito, la película les ha llegado en dos momentos profesionales distintos. "Esta película es un pasito más hacia el actor que quiero ser, hacia encontrar los instrumentos adecuados para expresar con una mayor sencillez. Si va bien me dará la posibilidad de hacer otras películas", resume Salmerón. Coronado no parece darle tanta importancia. "Ya pasé la etapa en la que dices 'no, a mí lo que me importa es el trabajo'; una leche, lo que me importa es vivir lo que me queda de vida siendo feliz", confiesa.