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Reportaje:

"No compito con Ronaldo"

Morientes, máximo goleador de la última 'Champions', será hoy suplente en Cracovia

Fernando Morientes se entrena bajo un cielo engañoso, gris, plomizo, pero que esconde un sol abrasador bajo su aspecto de telón bajado -en Cracovia hay más de 28 grados de temperatura-. El Madrid corretea por el campo del Wisla Cracovia. Un estadio pegado a la Universidad politécnica de la histórica ciudad medieval polaca. Cerca de un millar de hinchas del conjunto de Cracovia entona canciones de ánimo para los suyos, que no están en ese momento sobre el césped, y abuchea el ensayo de los blancos.

"No voy a competir con Ronaldo a ver quien mete más goles", dice con su habitual sonrisa ladeada Fernando Morientes. No tiene mucho tiempo. Tiene prisa, pero al parecer, ahora no le preocupa el goleador brasileño. Acepta que el fenómeno es propietario del número nueve, en el dorsal y en el campo. El mismo número que el Morientes tenía en propiedad, por contrato, hasta que la pasada temporada decidió irse cedido al Mónaco. Allí fue el máximo goleador de la pasada edición de la Liga de Campeones, con nueve tantos. Allí se sentía "bien". Incluso le dejaban bajar a la media punta. Era la figura del equipo. Su técnico, Didier Deschamps, susurraba al oído de quien quisiera escucharle que Morientes era "tan bueno" que podía jugar donde le diera la gana. Y Morientes se lo creyó: "En Mónaco he decubierto facetas de mi juego que nadie conocía". Previamente le habían hecho daño en el Madrid. Le habían echado por la puerta trasera con una "política extraña". Ahora está contento, pero nada hace prever que pueda "mostrar facetas ocultas" de su juego. Hoy, en el primer partido verdaderamente importante de la entidad de Chamartín, no será titular.

Morientes no quería jugar en el Madrid hasta el pasado mes de julio. Se quería marchar. Decía que él no tenía madera de suplente. Pero, de repente, cambió de opinión. Camacho le había llamado y le había convencido. Morientes, pelo largo, saluda a unos y a otros en el aeropuerto, en los momentos previos a coger el chárter a Cracovia, la ciudad del Wisla, su rival hoy en la fase previa de la Liga de Campeones (20.45, Digital +). Ha sido el máximo anotador de la pretemporada blanca con tres goles. Y aún escucha en su interior las palabras de confianza de Camacho, sus arrullos asegurándole minutos.

El propio Camacho fue el primero en espantar el fantasma de la confianza: "El Wisla te puede sorprender si no te andas con cuidado", comentó. El entrenador ha mostrado a sus jugadores varios vídeos del equipo polaco. "Están más rodados y están jugando muy bien su Liga", dijo. El Wisla ha vencido por 5-1 y por 0-4 sus últimos encuentros. "Sabemos que son muy inferiores a nosotros, pero hay que tener cuidado", dijo un cauteloso Raúl mostrando la sonrisa perenne que últimamente mantiene frente a las cámaras. El delantero blanco fue sincero y reconoció no recordar a ningún nombre propio de su rival. Pero cuenta con dos delanteros muy populares en la ciudad: Frankowski y Zurawski, tan populares que sus nombres están grabados en un panel del estadio y junto a ellos se van modificando los dígitos de los goles que han marcado para el Wisla, ahora son 91 y 99.

Quizá a Morientes le hubiese consolado saber que un chaval ajeno al entrenamiento madridista y montado en un autobús de los que recorren los suburbios de la ciudad lucía ayer su camiseta: con los colores del Mónaco.

Wisla: Majdan; Baszcynski, Klos, Giowacki, Mijdovic; Uche, Ezjmkowiak, Cantoro, Zienczuck; Frankowki y Zurawski.

Real Madrid: Casillas; Salgado, Pavón, Samuel, R. Carlos; Helguera, Beckham; Figo, Raúl, Zidane; y Ronaldo.

Ronaldo, en el entrenamiento de ayer.
Ronaldo, en el entrenamiento de ayer.EFE

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