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El intento de suicidio de una joven destapa una red que prostituía a dos menores

El intento de suicidio de una joven rumana, que ingirió lejía, permitió el domingo pasado la desarticulación de una banda de explotación sexual que operaba en Alicante y Valencia, y que había sido desmantelada en octubre. Seis de los supuestos miembros, actualmente detenidos, propinaban crueles palizas a las chicas, con látigos y puñetazos para obligarlas a ejercer la prostitución.

La operación policial permitió la liberación de ocho de las mujeres, dos de ellas menores de edad. Fuentes de la investigación señalaron que el pasaporte de una de ellas fue falsificado para poder colocarla en clubes de alterne, ya que los dueños de estos locales se niegan a acoger adolescentes por temor a las redadas. El ingreso de la joven en el hospital de Dénia (Alicante) levantó las sospechas de la policía sobre la posible reorganización de una trama de explotación sexual ya desmantelada.

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