Shakespeare por doquier
La atmósfera de Stratford transmite el veneno del teatro
En Stratford, el reloj parece anclado en tiempos de Isabel I, la reina virgen, que rigió los destinos de Inglaterra entre 1558 y 1603. En este próspero pueblo ferial, bañado por el río Avon a su paso por el centro del país, nació y murió William Shakespeare (1564-1616), su más célebre inquilino. Al inmortal bardo dedicó el actor David Garrick en la plaza, en 1769, el primer festival de teatro, y, un siglo después, una asociación de vecinos apuntaló los cimientos de una rica herencia cultural al adquirir el solar de Henley Street donde nació Shakespeare.
A la vivienda natal pronto se sumaron otras cuatro propiedades familiares, que la comunidad ha ido restaurando a partir de documentos de la época. En el trayecto entre estas casitas de fachadas pardas entrecruzadas con vigas de madera, algunas con techumbre de paja y cuidados jardines, asoma la vieja escuela donde estudió el poeta y adonde todavía acuden a clase los niños del pueblo. A poca distancia, entre árboles frondosos, se eleva la iglesia medieval de la Holy Trinity, donde descansan los restos de Shakespeare junto a los de su viuda, Anne; su hija Susanna, y sus dos yernos.
Stratford-upon-Avon es lo más parecido a un parque temático shakespeariano. Combina su encanto arquitectónico con la inevitable servidumbre hacia el turismo. La sede central del Midland Bank, en la High Street, tiene relieves tallados en la fachada con escenas de las obras del dramaturgo. En el Queen Head's, antigua posada y pub, las habitaciones llevan nombres como Lady Macbeth, Hamlet o Richard II; en el salón Hathaway, tomado prestado del apellido de Anne, se sirve el tradicional té con scones (una especie de panecillos dulces). Además, la vida y costumbres de la Inglaterra isabelina se rememoran en los diferentes museos-viviendas y galerías de la localidad.
En barcas o en bicicleta
Hay formas de escapar a la bardomanía. En las grandes explanadas junto al Avon, navegando en barcas por el canal vecino, perdiéndose a pie o en bicicleta por los alrededores del pueblo. El mercado vibra los viernes en Rother Street, y, en el número 49 de esta calle, un jubilado obsesionado con los trenes de vapor pone en marcha su modelo en miniatura, a la misma hora y siguiendo el mismo recorrido que el que antaño cubría Stratford. La cuna de Shakespeare también sirve de trampolín para visitar otros centros históricos próximos, como el castillo de Warwick, las aldeas pintorescas de la región de Cotswolds o la universitaria Oxford.
Esta temporada, otro inquilino natural y célebre de Stratford, la Royal Shakespeare Company, se distancia parcialmente del autor sobre el que gira su repertorio habitual. En una apuesta novedosa, la compañía ha cedido al teatro clásico español uno de sus tres escenarios: el teatro Swan, construido al estilo del equivalente inglés de las corralas. Allí se ponen en escena obras rara vez interpretadas en España de los más famosos autores del Siglo de Oro: Lope de Vega, Tirso de Molina, Sor Juana Inés de la Cruz y Miguel de Cervantes.
Con ocho actuaciones semanales, salvo los domingos y alguna otra jornada aislada, y con más de 150 funciones hasta el próximo 2 de octubre, es difícil perderse alguno de los montajes de El perro del hortelano, La venganza de Tamar, Los empeños de una casa o Pedro de Urdemalas, respectivamente. Se representan en inglés, con textos fieles al espíritu del original, pero el posible obstáculo de la lengua se supera gracias a la destreza de la veintena de actores que intervienen en el ciclo. No en vano llevan más de un año estudiando su contenido, además de la cultura y costumbres del Siglo de Oro español. Por lo pronto ya han conquistado al público británico, que reconoce los modos de la época. Eso sí, se siente gratamente sorprendido por la agilidad y revueltas en las tramas de los contemporáneos de su admirado William Shakespeare.
GUÍA PRÁCTICA
Datos básicos:
- Prefijo telefónico: 00 44.
- Población: 110.000 habitantes.
- Oficina de turismo: 17 89 29 31 27.
Cómo ir
- Trenes: Stratford-upon-Avon se ubica a unos 140 kilómetros de Londres. Desde la estación de Paddington hay un servicio regular de ferrocarril: directo, tarda dos horas, y con trasbordos, tres horas. El precio es de unos 35 euros, ida y vuelta.
- Autobuses: salen de la Coach Station de Victoria. El trayecto dura tres horas, y el billete de ida y vuelta cuesta 22 euros. Las excursiones turísticas de un día de duración suelen parar en Oxford y Warwick antes de llegar a Stratford.
Dormir
- The Shakespeare (87 04 00 81 82). En Chapel Street. Tiene el encanto de su edificio histórico y la comodidad de un hotel moderno. Habitaciones a partir de 95 euros.
- Cymbeline House (17 89 29 29 58; www.cynbelinehouse.co.uk). 24, Evesham Place. Bed and breakfast. Habitaciones dobles y familiares, con baño, entre 25 y 45 euros.
Comer
- Margaux (17 89 26 91 06). 6, Union Street. Cocina internacional con platos de temporada. Unos 36 euros por persona, incluida copa de vino. Comida, de 12.00 a 14.00; cenas, de 17.30 a22.00.
- King Fisher (17 89 20 49 14). 54, Ely Street. Tradicional fish and chips por 6,50 euros. El comedor se ubica en la parte trasera de la tienda de comida para llevar.
- The One Elm. Guild Street. Bar-restaurante de nuevo diseño. Convenientemente apartado, pero no alejado, del circuito turístico.
Información
- Royal Shakespeare Company (87 06 09 11 10). Programación y reserva de localidades en: www.rsc.org.uk.
- Shakespeare Birthplace Trust (17 89 20 18 23). Henley Street. Regenta las cinco casas-museos relacionadas con Shakespeare y ofrece un pase global por 18 euros. Información en: www.shakespeare.org.uk.
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