Peaches, a ritmo de libertad

Escandalosa, atrevida, impúdica, provocativa, soez, divertida, explícita, directa, sexy, pornográfica, posfeminista, irreverente, incisiva. La liberación sexual encarnada, la reina del electro-punk. Peaches, una revelación. Así es esta canadiense afincada en Berlín. Su tema central: el sexo. Habla de igualdad, de redefinir los roles sexuales en la sociedad, o mejor aún: eliminarlos, de reconocer nuestras partes femenina y masculina. Según ella, todos somos bisexuales. Nacida en Merril Nisker (1968) pasó 10 años compaginando su trabajo de maestra con sus pinitos musicales en Toronto. En 2000 hace de Peaches su álter ego con el que conquista primero el underground berlinés y luego el resto del mundo. Se muda definitivamente a la capital alemana al encontrar el apoyo que no tenía en casa: "Siempre éramos los raros, en vez de ser aceptados. Ahora vivo la vida que creo que tenía en Toronto, pero esta vez no me siento mal por ello". Canta, toca casi todos los instrumentos, programa sus propios ritmos y produce sus discos: The Teaches of Peaches (2000) y Fatherfucker (2003). Con un ménage à trois de rock, hip hop y electrónica ha reclutado entre sus devotos a Björk, Madonna e Iggy Pop, con quien canta Kick It. Admira a rockeras como Patti Smith o Chrissie Hynde. Ha grabado con Pink y rechazado la oferta de Britney Spears. Es una de las figuras emergentes de la noche berlinesa, feroz y creativa.