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Reportaje:

El caos genial de Dalí

El coreógrafo Ramon Oller lleva al Conde Duque una exploración del universo creativo del artista catalán

Andrea Rizzi

Dalí Dance llega a Madrid. La reflexión del coreógrafo Ramón Oller sobre el universo creativo de Salvador Dalí, estrenada el mes pasado en el Festival de Peralada (Girona), será representado mañana y el sábado en el patio central del Conde Duque, dentro de Los Veranos de la Villa. "No hemos querido explicar la vida de Dalí, sino crear un espectáculo en el que se viva su mundo y cómo nosotros veíamos su universo", explicó ayer Oller.

El espectáculo parte de los trabajos que elaboró Dalí para tres ballets: Laberinto, Bacanal y Tristán Loco, estrenados en Nueva York por el Ballet Ruso de Montecarlo en los años cuarenta.

Dalí elaboró los telones y otros materiales como el vestuario o el libreto, que según Oller no ha sido complicado recopilar, porque el artista creó numerosas versiones, de las que ha escogido la más apropiada para su espectáculo, en el que se escuchan dos piezas de música fundamentales: la Novena Sinfonía de Schubert y Tänhauser de Wagner, además de un collage musical con diversas canciones.

Los tres montajes en los que trabajó Dalí son muy dispares, pues no siguen un guión concreto, sino ideas: Laberinto trata sobre la mitología y el Minoaturo; Bacanal puede considerarse el primer ballet surrealista de la historia, y Tristán Loco -que para el coreógrafo tiene los mejores telones y refleja mejor el universo daliniano- es una coreografía inspirada en el mito de Tristán e Isolda.

Después de un año de estudios y reflexión, y a 100 años del nacimiento del artista, Dalí Dance, el resultado del trabajo de Oller y de su compañía Metros, es finalmente visible.

El centro emotivo en torno al que gira el ballet son los telones que el artista preparó para los espectáculos americanos. "Vi varios de ellos, y elegí algunos. De ahí surge todo. Creo que si él pudiera ver el espectáculo, estaría encantado", añadió Oller.

El ballet expresa los encuentros y los desencuentros, los viajes, las idas y venidas que llenaron la vida de Dalí. La rebelión, el rechazo firme de las formas habituales llega al público a través de la metamorfosis de los elementos que interactúan en escena: bailarines transformados en objetos, personajes que van y vienen."Se trata de una coreografía que sube y baja constantemente, hasta que el amor y la muerte se encuentran, como siempre en la obra de Dalí, en un momento doloroso, pero con una estética muy bella", argumentó el director.

La coreografía -que es un viaje escénico a través de las imágenes del artista, de sus palabras, su humor, su bigote, su necesidad de deformar para crear belleza- se divide en tres partes. La primera, Descubriendo a Dalí, comienza en el mismo instante en el que el público entra al teatro, con el impacto de los objetos pertenecientes al universo daliniano y los telones. La segunda parte, Bacchanale, constituye el apogeo de un caos genial que representa la brillante locura de Dalí. La tercera, Tristán e Isolda, pone en escena el eterno mito del amor hasta la muerte, a través de la decadencia física del genio de Figueras.

Oller ha contado para el papel de Gala -la musa inspiradora de Dalí- con Rossy de Palma. "He aprendido mucho al estudiar la vida de dos personajes que destilaron libertad", comentó la actriz en la presentación en la que participó también Mora Apreda, directora de Los Veranos de la Villa. "Más que hacer un trabajo de composición del papel he esperado a que Gala se presentara a mí. No ha sido fácil alejarse de la imagen de mala y bruja que tenía. Caía muy mal a casi todo el mundo. Pero no era hipócrita y vivía en libertad absoluta. Eso no se encuentra fácilmente en nuestra sociedad".

Aunque de momento estén previstas sólo dos citas en Madrid, Mora Apreda prometió "hacer todo lo posible" para que el espectáculo vuelva a la capital. Oller mostró su ilusión al poder actuar en un escenario prestigioso y físicamente grande: "Se podrá apreciar muy bien el movimiento de la compañía". En cuanto a la actitud de las instituciones públicas hacia la danza, dijo: "Ya no me quejo. El apoyo a la danza es escaso, pero las condiciones son iguales prácticamente en todo el mundo. Es así. Tenemos que ser los creadores los que tenemos que buscarnos la vida".

Dalí Dance. Patio Central del Conde Duque. Conde Duque, 9 y 11. Días 6 y 7 de agosto, 22.00. Precio: 15, 20 y 25 euros. Tel-entrada Caixa Catalunya. 902 10 12 12

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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