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Fischer pide asilo en Serbia y un pasaporte alemán

Leontxo García

El legendario ajedrecista estadounidense Bobby Fischer, de 61 años, que se encuentra detenido en el aeropuerto de Tokio desde el 13 de julio, ha hecho dos jugadas para tratar de evitar el jaque mate del Gobierno de su país: pedir un pasaporte alemán, aduciendo que su padre legal era de esa nacionalidad, y solicitar asilo en Serbia y Montenegro. Si a pesar de todo se le extraditase a Estados Unidos, donde podría sufrir hasta diez años de cárcel por violar el embargo contra Yugoslavia en 1992, todavía podría alegar paranoia.

Fílip Vujánovic, presidente de Montenegro, y Bozidar Ivánovic, presidente de la Federación de Ajedrez de Serbia y Montenegro, se mostraron ayer favorables a dar asilo a Fischer con argumentos que pueden resumirse así: Serbia y Montenegro, donde el ajedrez es muy popular, tiene la obligación moral de acogerle, ya que dio mucha publicidad a lo que entonces era Yugoslavia cuando el país lo necesitaba. Fue en Sveti Stefan (Montenegro) donde, tras 20 años de silencio, escupió en 1992 sobre un documento del Gobierno norteamericano en el que se le conminaba a no disputar la revancha contra Borís Spasski, a quien destronó como campeón del mundo en 1972. Fischer ganó otra vez y se embolsó tres millones de dólares. Spasski, soviético en 1972 y francés en 1992, nunca fue castigado por la supuesta violación del embargo.

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Recluido con otras personas en una sala donde se permite fumar, lo que le molesta muchísimo, Fischer intenta ganar tiempo pese a que las autoridades japonesas han rechazado sus primeras apelaciones tras detenerle por viajar con un pasaporte cancelado por Washington cuando aún tenía varios años de vigencia.

Alemania nunca deporta a sus ciudadanos a Estados Unidos, pero las repetidas manifestaciones antijudías de Fischer y su negación del holocausto nazi no son una ayuda para que le conceda su pasaporte. Sin embargo, su antiguo carisma, con el que encandiló a millones de personas, todavía le renta: el presidente estadounidense, George W. Bush, ha recibido múltiples peticiones de indulto, entre ellas una de Islandia, que le recuerda la gloria que Fischer dio a su país al derrotar a Spasski en Reikiavik, en 1972, en plena guerra fría con la URSS.

Bobby Fischer, en 1992.
Bobby Fischer, en 1992.AP

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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