Buen asfaltado
Han criticado algunos que se hayan cubierto con asfalto los pedruscos que habían sido colocados anteriormente en una parte de la calzada del paseo del Prado. Pero, por aquello del "contraste de pareceres", permítasenos defender dicho asfaltado como un absoluto acierto.
Baste recordar que no sólo sufrían grandemente los vehículos al pasar sobre esos pedruscos, sino que las personas que iban por allí en autobuses se veían sometidas -aunque los conductores aminorasen la marcha- a un violento ajetreo que les hacía sentir como si el estómago se les subiese a la boca.
Y más aún: también deben cubrirse o sustituirse los pedruscos de igual índole que mantienen convertidas las áreas peatonales y estanciales de esa zona en un agrio, abrupto e incómodo pavimento que no hay derecho a hacérselo sufrir a nadie, empezando por los niños que juegan.