Dramático descenso de Oiarzabal
El alpinista vasco se perdió bajando de la cima del K-2 y fue rescatado inconsciente a 7.800 metros
Dos de la madrugada de ayer, martes, hora de Pakistán, tres horas menos en España. Hace cinco horas que los cinco alpinistas italianos liderados por Silvio Mondinelli recuperan fuerzas en las tiendas del campo IV, a 7.800 metros, tras coronar el K-2, la segunda cima del mundo y la más exigente con sus 8.611 metros. En el refugio improvisado se encuentra también el navarro Mikel Zabalza, de 34 años, miembro del equipo de Al Filo Imposible que holló la cumbre poco después de que lo hicieran los italianos.
Pero faltan sus compañeros de cima Juan Vallejo (34), Edurne Pasabán (31) y Juan Oiarzabal (48). La alarma se extiende por la arista de los Abruzzos hasta el campo base.
El catalán Ferran Latorre (34), el quinto miembro del Al Filo que ayer tenía previsto ir hacia la cima, oye voces, sale al exterior de la tienda y exclama: "Ya están aquí". "Estamos bien, aunque cascados", responde Vallejo. El vitoriano llega con Edurne al campo de altura. A la guipuzcoana le duelen los pies. No importa. Se siente a salvo. Se quita los crampones y las botas y ve lo que intuía. Algunos dedos están casi negros. Las congelaciones han aparecido. Edurne se hidrata, se abriga y descansa.
¿Y Juanito? Ni rastro de Oiarzabal. Pasan una hora, dos, y Juanito no aparece. La noche es muy fría y a esta altitud, en esta brutal y aérea arista, la montaña atrapa a los alpinistas como corderos. El campo base español está en vilo y a medida que el tiempo pasa, aumenta la preocupación. Oiarzabal sigue sin aparecer. Sebastián Álvaro, director de Al Filo, confía en la experiencia del vitoriano, del hombre que más ocho mil ha subido (21 , de sus dramáticos descensos que vivió en el Everest o en el Kanchengchunga, donde los hermanos Félix y Alberto Iñurrategui salvaron la vida a Juanito.
Ferran Latorre se va en busca de Oiarzabal. Son las cinco de la madrugada, hora local. Le guía el olfato y algunas pisadas en la nieve arista hacia abajo que horas antes no estaban. Latorre tiene éxito. A unos cincuenta metros de las tiendas, encuentra a Juanito tumbado en un ventisquero, inconsciente. Pide ayuda a Mondinelli y su grupo. Entre todos arrastran a Oiarzabal hacia la tienda. El campo base de Al Filo se tranquiliza.
No se sabe cuánto tiempo permaneció Juanito inconsciente sobre la nieve, pero lo cierto es que el alpinista se perdió en el descenso buscando el campo IV hasta que la fatiga le venció y se desplomó. El destino quiso que lo hiciera a pocos metros de las tiendas.
Tras beber té caliente e inyectarle en el vientre un antibiótico para combatir las congelaciones, Oiarzabal reacciona. Le ofrecen oxígeno artificial, pero Juanito, tozudo, se niega. Cuenta Oiarzabal que una ascensión sin oxígeno debe completarse en la subida y en la bajada.
Comienza un largo y dramático descenso. Todos los campos de alturas se movilizan para bajar a Oiarzabal y a Edurne. La guipuzcaona lo hace por sus propio medios. Va lenta, pero marcha bien. A Juanito lo bajan. Vallejo, su eterno compañero de cima, y Latorre no se despegan de él. Prácticamente lo arrastran con las cuerdas, bien atado a los arneses. Alcanzan el campo III, 500 metros más abajo, y allá un médico italiano le explora. Oiarzabal sufre un principio de edema pulmonar y congelaciones. Juanito accede a tomar oxígeno.
La vida de Oiarzabal no corre peligro. Eso alivia al equipo español y a Araceli, la compañera sentimental de Juanito, que desde Skardu, el punto de partida hacia el K-2, ha sido informada del dramático descenso. Edurne alcanzó el campo base a media tarde de ayer, mientras que Juanito tenía prevista la llegada por la noche. El equipo de Al filo comenzó a celebrar la cima.
"Estoy perfecta, pese a las congelaciones que ya me están tratando", dijo Edurne desde el campo base. "El K-2 ha demostrado lo exigente que es." Pasabán y Oiarzabal serán evacuados hoy hacia Islamabad con un helicóptero militar pakistaní.
El dramático descenso de Oiarzabal no impidió que el K-2 fuera conquistado ayer por 21 alpinistas, siguiendo la arista de los Abruzzos. Entre ellos, el palentino Emilio Vicente Lagunilla, miembro del equipo castellano-leonés integrado por Jorde Palacios y Carlos Soria. Hoy tiene previsto atacar la cima el navarro Iñaki Ochoa de Olza.
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