El Prat tiene capacidad para 12 vuelos regulares transcontinentales

Un desastre. Ésa es la conclusión a la que llegan los análisis sobre el aeropuerto de Barcelona. Tiene capacidad para disponer durante todo el año de una docena de vuelos transcontinentales pero no tiene ni uno que se mantenga activo todo el año. Delta Airlines ofrece vuelos a Estados Unidos en verano, pero no en invierno. Iberia hace tiempo que se olvidó de Barcelona para estos vuelos y concentra sus esfuerzos en Madrid. El resultado es que 1,6 millones de pasajeros tienen que volar primero a Madrid, Amsterdam o Londres antes de llegar a su destino.

Los estudios, encargados por el Gobierno catalán y la Cámara de Comercio, señalan que no hay motivos para el pesimismo: un cambio de política puede hacer que las cosas sean muy diferentes y que desde El Prat salgan hasta 12 vuelos regularestranscontinentales.

"Barcelona es un caso atípico dentro del contexto europeo por la falta de vuelos intercontinentales", señala uno de los tres estudios realizados por el Gobierno catalán. En el año 2002, 25 aeropuertos europeos con volumen de tránsito inferior al de Barcelona disponían de operaciones regulares intercontinentales y sin escalas. Pero la mayoría de estos aeropuertos tiene libertad para ofrecer incentivos a las compañías y realizar su propia política comercial, lo que no ocurre con Barcelona, integrada en la red AENA lo que, constituye "un modelo de gestión único en los países europeos". El informe de la Cámara de Comercio coincide con el del Gobierno catalán en que hay hasta 12 líneas que serían rentables y que no se realizan por falta de una actividad de promoción.

Con carácter inmediato, podrían ponerse en funcionamientos vuelos a Nueva York y Filadelfia, Buenos Aires o São Paolo y Dubai o Bahrein. En una segunda fase a muy corto plazo los pasajeros que mueve el aeropuerto de Barcelona serían suficientes para mantener líneas regulares directas a Miami, Montreal, Quito o Guayaquil y una cuarta a Lima, Bogotá o Caracas. El tercer bloque, que los informes consideran "rutas estratégicas" no tienen garantizada la rentabilidad de forma inmediata, aunque sí al poco de entrar en funcionamiento dado que hay una norma que demuestra que determinadas ofertas acaban generando una demanda adecuada. Estos puntos son Japón, México, China e India.

Barcelona carece de estos servicios y acaba haciendo que cada año 1,6 millones de pasajeros tengan que pasar por otros aeropuertos europeos para llegar a su destino final.

Desde Barcelona tienen como origen o destino Estados Unidos unas 400.000 personas cada año, aunque las cifras varían ligeramente en los estudios del Gobierno catalán o los de la Cámara. Unos 100.000 viajan a Argentina y unos 75.000 a Japón. Siempre, salvo las excepciones del verano a Nueva York, con una escala en Londres, Amsterdam, París o Madrid.

Todo indica, explica uno de los informes, fechado el pasado mes de abril, que "no ha habido un esfuerzo para atraer operadores intercontinentales al aeropuerto de Barcelona. En algunos casos los convenios entre países (México, Perú y Colombia) estipulan que Madrid será la puerta de entrada de los pasajeros que procedan de ellos, dejando fuera cualquier otro aeropuerto.

El informe señala que Madrid ofrece hasta 65 vuelos semanales a Estados Unidos en invierno, con especial atención a Miami, convertido en punto de distribución de Iberia para América Latina. Barcelona sólo tiene ventaja en los vuelos a Oriente Medio y ni siquiera se impone a Madrid en los vuelos al norte de África, pese a que Cataluña es la comunidad española con mayor número de residentes marroquíes.

El caso asiático es llamativo: no hay vuelos sin escalas entre Asia y España. "Madrid tiene vuelos con escala a Singapur, Bangkok, Pekín y Shanghai".

El consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, aseguró ayer que la voluntad de su Gobierno y la del Gobierno central es la de cambiar las cosas, como lo demostraba, explicó, que en la presentación del informe estuviera el director del aeropuerto de Barcelona, Antoni Pedrós, en representación de AENA, además del presidente de la Cámara, Miquel Valls, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, quien pidió que El Prat sea pronto un aeropuerto y no sólo un campo de despegue y aterrizaje.