Yoko Watanabe, soprano
Yoko Watanabe, soprano japonesa conocida por la gracia y la intensidad que mostraba en sus interpretaciones de Cio-Cio-San, la trágica protagonista de la ópera Madama Butterfly, de Puccini, falleció el 15 de julio en su casa de Milán. Tenía 51 años. Padecía cáncer desde el año 2000.
La cantante nació en Fukuoka, Japón, en 1953 y de pequeña deseaba ser bailarina profesional. Empezó a estudiar danza japonesa a los tres años y ballet a los seis, pero lo dejó porque sus profesores le dijeron que era demasiado alta y de hombros demasiado anchos para realizar una carrera profesional, así que decidió aprender piano y se convirtió en una consumada intérprete.
Dio recitales hasta los 18 años, aunque entonces ya estaba pensando en la ópera. A los 16 asistió a una interpretación de Madama Butterfly, que, como confesó más tarde, le cambió la vida.
"Inmediatamente supe que quería cantar ópera", declaró a The New York Times en 1988. "Cuando terminó la representación, me acerqué a la puerta del escenario y pregunté a la soprano que interpretaba a Cio-Cio-San -Kuniko Kozono- si me querría enseñar. Y aceptó".
Watanabe prosiguió sus estudios en la Universidad de Japón, en Tokio. En 1976, el segundo premio logrado en un concurso celebrado en Japón le permitió continuar sus estudios en La Scala de Milán. El ganador del primer premio en ese mismo certamen fue Renato Grimaldi, un tenor italiano con quien se casó.
La victoria en otro concurso la condujo a su debut profesional, en Treviso, Italia, en 1978, al interpretar el papel de Nedda en la ópera Pagliacci, de Leoncavallo. Debutó en la Scala en 1985 interpretando a Liú, en Turandot, de Puccini, y a lo largo de sus 20 años de carrera interpretó a otros grandes personajes femeninos de Puccini, además de otros papeles en óperas de Mozart, Verdi, Gounod y Bizet. Pero la interpretación por la que fue más conocida fue la de Cio-Cio-San, la geisha que se casa con un oficial de marina estadounidense que posteriormente la abandona. Con este papel debutó en la Royal Opera en 1983, en la Lyric Opera de Chicago en 1986 y en la Metropolitan Opera en 1987.
En una crítica para The New York Times sobre su estreno en la Metropolitan Opera, Will Crutchfield afirmaba que el tono de Watanabe "tiene más metal que crema", pero elogió su "sentida actuación" y las sutilezas de su interpretación. Parte de su éxito se debió también al equilibro que lograba entre el estilo de interpretación occidental y el japonés.
"Soy japonesa y mi personaje es japonés", comentó, "pero la música es italiana, así que intento no introducir en exceso lo que consideraríamos un movimiento teatral japonés. En el teatro japonés nos movemos poco. Caminamos dando pasos pequeños, hacemos gestos pequeños. No creo que esos movimientos puedan realmente transmitir al público el carácter de Butterfly. Después de todo, es una ópera muy dramática".
Watanabe se desmayó durante una representación en diciembre de 1999 y se retiró un mes después, cuando los médicos le diagnosticaron cáncer.-
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