El Mundial de los 'sin techo'

No cuentan con la técnica de Valerón, no corren la banda izquierda como Vicente y los hay con problemas de sobrepeso mucho más preocupantes que los de Ronaldo. No importa. José María, Antonio, José Pablo, Félix, Juan Carlos, Modesto, Isaac y Rubén, ocho vagabundos, representan desde ayer a España en el Mundial de fútbol calle, que se disputa en la ciudad sueca de Göteborg.

"La intención es que les sirva de trampolín para adquirir un compromiso y rehacer su vida"

Las reglas son sencillas. Cuatro jugadores por equipo miden sus fuerzas en dos tiempos de siete minutos. La cancha tiene los laterales y fondos vallados, como un quinto jugador, para combinar paredes con regates. Así se garantizan partidos interesantes. Se rompe, incluso, con uno de los tabúes del balompié. Escuadras como Suecia o Suiza incluyeron mujeres en sus filas en el primer torneo, celebrado en Austria hace un año.

"Ha sido difícil montar el equipo. Lo hemos seleccionado entre un grupo de 25 personas en función incluso de cuestiones extradeportivas: algunos eran sin papeles, otros tenían cuentas pendientes con la justicia...", explica Saúl Rodríguez, responsable de RAIS (Red de Apoyo a la Integración Social), organización que cuenta con ayuda del Centro de Acogida San Isidro de Madrid y que ha optado por el fútbol y la competición internacional como un instrumento de integración. "Nuestra intención es que les sirva de trampolín para adquirir un compromiso y rehacer su vida", afirman en la organización.

"El perfil de las personas con las que trabajamos es de lo más variado. Unas han tenido problemas con el alcohol o con las drogas; a otras sus padres les maltrataban y decidieron echarse a la calle", aseveran desde RAIS. "Por no hablar de un caso típico. Te ganas la vida como autónomo, tienes una tienda pequeña, te va mal, la hipoteca te agobia, te deja la mujer... la línea entre una persona normal y otra sin hogar es muy frágil", apostillan.

Rubén, el capitán y comodín de la selección, (1977, Madrid) es exponente de esos reveses. La adicción al juego le llevó a la calle. "Si te entrenas, evitas comerte la cabeza, te mantienes en forma y así, poquito a poco, ya llevo ocho meses sin tocar una tragaperras", declara. José Pablo, lateral derecho, confiesa: "Aquí me ves. Por dejar el trabajo estoy en la calle con 27 años".

El torneo, organizado por la Red Internacional de Periódicos de Calle (INSP, siglas en inglés), se estrenó el año pasado en la ciudad de Graz con la participación de 18 equipos de sin techo. Una experiencia quealbergará Nueva York el año que viene y que ya conoce Modesto, líbero, de 32 años, único español que repetirá en Suecia. "Quedamos los decimoquintos porque estábamos muy nerviosos", asegura el entonces abanderado español. "Nos dijeron que eran equipos de gente que vivía en la calle, pero la mayoría iban y venían en autobuses y con sus entrenadores". Modesto, pintor de brocha gorda, se vio en la calle con su esposa por culpa de las drogas. De los 141 participantes en la primera edición, 31 han visto mejorar su situación y han encontrado trabajo, algunos en el entorno del fútbol, como los escoceses Thomas Camrie y Mark Elliot y los irlandeses Patrick y Michel Murphy, que ahora trabajan como entrenadores.

También los ingleses Mo Stevenson y Greg Joseph firmaron con el Hendon contratos semiprofesionales. Al holandés Jean Balyn, mejor jugador del torneo del año pasado -donde ganó el país anfitrión, con todos los jugadores sin papeles de origen africano-, una lesión de rodilla le impidió fichar por el Newcastle. Revés que le empujó a la depresión, al consumo de crack y finalmente a la cárcel. Ahora juega en el Feyenoord de fútbol sala.