Los etarras detenidos el sábado iban a atentar contra la Ertzaintza
La policía vasca se consideraba ya objetivo preferente de la organización terrorista
Los miembros de ETA detenidos el pasado sábado en Vizcaya tenían como uno de sus objetivos prioritarios atentar contra la Ertzaintza, afirmó ayer el ministro del Interior, José Antonio Alonso, al dar cuenta de la operación policial que evitó la recomposición del comando Vizcaya. La policía vasca valoraba ya la eventualidad de ser destinataria preferente de un ataque de la banda, cuyo último asesinato se produjo hace casi catorce meses en Sangüesa (Navarra).
La detención de los liberados (activistas a sueldo) Asier Mardones Esteban y Josune Oña Ispizua se produjo, según el ministro, gracias al seguimiento realizado a la joven Atxarte Salvador Navarro, licenciada en Derecho y antigua militante del grupo juvenil ilegalizado Segi. La policía considera que Atxarte Salvador es miembro legal (no fichada por la policía) de ETA y estaba tratando de cerrar un encuentro con los otros dos etarras. Respecto a su novio, Aritz López Anda, de 23 años, también detenido en la operación, el ministro apuntó que habrá que esperar a que concluyan las investigaciones para precisar si tiene o no vinculaciones con la organización terrorista.
Asier Mardones y Josune Oña, a quienes se acusa de participar en la emboscada nocturna contra dos ertzainas llevada a cabo en septiembre pasado en el puerto de Herrera (Álava), fueron detenidos a media tarde del sábado en un lugar no precisado de la zona de Urkiola (Vizcaya). Al parecer, se dirigían a una cita previamente concertada con otros integrantes de ETA. Los activistas no ofrecieron resistencia al ser interceptados, aunque llevaban armas listas para ser disparadas.
Dos pistolas y 6.000 euros
A Mardones, de 24 años, se le ocupó una pistola calibre nueve milímetros parabellum con catorce cartuchos, así como 6.000 euros en metálico y documentación (DNI, carnet de conducir y tarjeta de crédito) falsificada. Josune Oña, de 28 años, nacida también en Barakaldo, llevaba una pistola del mismo calibre con la numeración borrada y cinco proyectiles en el cargador. Disponía también de varios carnets falsificados.
Atxarte Salvador y su novio fueron arrestados de forma simultánea en el barrio bilbaíno de Deusto. La policía investiga ahora si las dos pistolas han sido utilizadas en algún atentado, así como la documentación encontrada en los registros realizados con posterioridad en Bilbao.
El ministro del Interior destacó la importancia de las detenciones por cuanto han impedido que ETA reconstruya el comando Vizcaya, desarticulado por la Ertzaintza en septiembre. El hecho de que, de momento, no se haya descubierto un piso franco ni tampoco explosivos sugiere, según fuentes policiales, que los dos liberados llevaban pocas semanas en Vizcaya. Después de su huida tras la emboscada de Herrera, en el que murió el etarra Arkaitz Otazua y resultaron heridos los dos ertzainas, el rastro de Josune Oña se recuperó el pasado mes de abril en el piso de Bagneres de Bigorre donde la policía gala encontró varias mochilas con explosivos.
Alonso señaló que, según las investigaciones, la Ertzaintza era un objetivo preferente de los detenidos, aunque no tenían previsto ningún atentado inmediato. La banda no ha intentado matar desde el 11-M y el último atentado mortal lo cometió el 30 de mayo de 2003, al asesinar con una bomba lapa en Sangüesa (Navarra) a dos policías nacionales. La posibilidad de que ETA intentara reanudar los asesinatos golpeando selectivamente a la policía vasca, era ya, en cualquier caso, una hipótesis asumida por este cuerpo.
Amenazas reiteradas
Esa presunción se afianzó cuando ETA dio a conocer el pasado mes un sorprendente comunicado en el que acusaba a la Ertzaintza de haber dejado morir desangrado en Herrera a su militante Arkaitza Otazua y de dispararle "por la espalda" cuando ya había tiroteado a los dos agentes. En el mismo comunicado, la organización terrorista reiteraba sus amenazas contra la policía vasca porque "se ha convertido en un nido de enemigos de Euskal Herria".
Los anteriores grupos del comando Vizcaya desarrollaron también una especial inquina contra la policía vasca, que los descabezó en 2002 y 2003.
Por otro lado, varios encapuchados lanzaron la pasada madrugada artefactos incendiarios contra el edificio que acoge el juzgado de Paz de Amorebieta (Vizcaya). Los daños fueron escasos. En la localidad vizcaína de Getxo los violentos realizaron pintadas de apoyo a ETA y de amenaza contra diversos grupos políticos, la Ertzaintza y los servicios de limpieza.
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