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Crónica:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Gran Bretaña
Crónica
Texto informativo con interpretación

Rossi pega el estirón

El italiano se distancia en la general al vencer en una carrera en la que Gibernau acabó tercero

Dos carreras sin ganar, y no digamos sin subir al podio, son demasiadas. Al menos para Rossi. Un ultraje era aquello para un tipo que presenta en sus credenciales 64 victorias, 38 de ellas en la máxima categoría, donde sólo le superan dos leyendas como Giacomo Agostini (68) y Michael Doohan (54). Se cayó Rossi en Brasil hace tres semanas y en el pasado gran premio, el de Alemania, finalizó cuarto. Así que puso a su equipo a trabajar y se presentó en Inglaterra sin la cruz de madera que dibuja en su casco cuando cree que ha fracasado, pero con el ánimo de dar un golpe de autoridad. Vaya si lo dio.

Durante 15 vueltas, la mitad de las previstas, un sorprendente Colin Edwards y Sete Gibernau, compañeros en Honda, aguantaron el tirón de Rossi, que ya es aguantar. Magnífico resultó el rendimiento del estadounidense, que nunca había pisado un podio y cuya octava vuelta fue la más rápida que jamás se ha dado en este circuito durante una carrera. Al rebufo de Edwards se situó Gibernau, quien no se fiaba de su moto. Los problemas que había tenido durante el fin de semana le obligaron a hacer cambios hasta el último momento, sin saber si darían resultado. Sólo lo dieron a medias.

Bautista fue segundo y Lorenzo tercero en los 125cc, donde Barberá y Pablo Nieto se cayeron
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Porque, a la postre, ni uno y otro soportaron el ritmo de Rossi. Para Edwards, el segundo puesto era el mayor éxito de su carrera, pues nunca había pasado del quinto; y para Sete, subir al podio significaba romper con una racha lacrimógena, la que le llevó al suelo en Brasil y en Alemania. Conformes ambos con lo que sucedía, Rossi vio el camino expedito para atrapar el triunfo y pegar un estirón en la clasificación general, donde se distancia 22 puntos de Gibernau y de Max Biaggi, el vencedor en tierras germanas, al que ayer debió traicionar la moto. Sólo así se entiende que un corredor como él, que acumula 104 podios en su vida, finalice ¡decimosegundo! en una carrera en la que la lucha duró quince vueltas, las que tardó Valentino Rossi en largarse tan feliz para entrar en la meta en solitario, de pie sobre su moto y firme, que es precisamente como puso ayer a todos sus rivales.

A otro italiano, Andrea Dovizioso, también le fueron las cosas de vicio en Donington. Logró el triunfo en los 125cc y, lo más importante, vio cómo todos rivales en la clasificación general iban cayendo en el sentido más literal de la palabra. El que abrió brecha en eso de pegarse el batacazo fue Héctor Barberá, que se fue al césped en la primera vuelta, cuando iba segundo. Le zigzagueó la motó y le mandó al césped sólo una curva antes de que le ocurriera lo propio a Pablo Nieto. La lista de caídos ilustres la cerró Roberto Locatelli, segundo en la general, que rodó por los suelos a dos vueltas del final al intentar adelantar a un inmenso Álvaro Bautista. Éste pisó ayer el podio por primera vez en su carrera, acompañado, en el tercer puesto, por Jorge Lorenzo en una categoría en la que, pese al gran rendimiento de los españoles, se habla italiano.

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