"No queremos perder el control de la sociedad"
Una de las editoriales emblemáticas de la transición ha decidido ponerse en manos de un inglés. Tim Chapman es el nuevo consejero delegado de Siglo XXI, la editorial especializada en ensayo que abrió los ojos de muchos españoles a autores como Marx o Gramsci. La misma que en su 35 aniversario, el año pasado, seguía definiéndose "progresista y de izquierdas" y que está en pérdidas.
La primera decisión de Chapman, que llegó a España en 1987, ha sido una ampliación de capital aprobada la semana pasada. El objetivo es equilibrar el patrimonio e intentar aumentar la facturación, que ronda los 2,2 millones de euros anuales. La venta de la sociedad no es una opción, aunque el directivo no descarta llegar a acuerdos con otros grupos.
"El detonante ha sido la distribución. Desde finales de los años noventa, ésta estaba en manos de otra empresa. No funcionó"
Pregunta. ¿Cómo se explica la crisis de Siglo XXI?
Respuesta. La editorial fue fundada en 1967 y hasta los años noventa fue muy bien. Ha habido problemas coyunturales, que afectaron al sector, y estructurales. El detonante ha sido la distribución, que desde finales de los años noventa dejamos en mano de otra empresa. Latorre es una gran distribuidora, pero nuestros libros no son de gran superficie. La situación llegó a ser muy tensa y rompimos.
P. ¿En cuánto están las pérdidas?
R. En los últimos años, en torno a los 50.000 o 60.000 euros. Hemos recuperado la distribución para lo que creamos una empresa con otra editorial. Está funcionando muy bien, penetramos más en las librerías. Para nosotros es una inversión importante: 300.000 euros entre los dos desde finales de 2002.
P. ¿Cuál es el plan para los próximos años?
R. Vamos a intentar equilibrar gastos e ingresos. La semana pasada se aprobó una ampliación de capital que se llevará a cabo este mes y en agosto. Vamos a duplicar el capital social. En esta primera fase de saneamiento sólo pueden ir accionistas, que son en su mayoría fundadores o sus herederos.
P. ¿Qué relación mantienen con Siglo XXI México?
R. Fue el fundador de la editorial mexicana quien animó a sus contactos en España a crearla. No hay relación accionarial, pero sí una relación histórica muy estrecha. Distribuimos sus libros y ellos los nuestros, aunque últimamente la relación no ha sido tan fluída. El nuevo proyecto incluye restablecer esas relaciones. En los años noventa creamos la filial en Argentina, antes existió otra Siglo XXI allí pero desapareció con la dictadura. El mercado americano es un mercado de futuro. Hemos registrado nuestra marca en todos los países.
P. ¿El plan prevé entonces la expansión internacional?
R. Queremos construir sobre la base de la marca, que es conocidísima. Un gran editor decía que no entendía cómo se puede hacer una editorial sin contar con América. Pero América tiene trampa porque los ciclos económicos son muy distintos, igual que la manera de hacer negocios. Así que hay que andar con mucho cuidado e ir de la mano de gente de allí.
P. ¿Se han planteado vender la sociedad?
R. Vamos a seguir independientes. Hay muchos ejemplos de editoriales independientes que han llegado a acuerdos con otros grupos, incluso con participación del capital. Incluso hemos tenido ofertas. Pero en ningún momento queremos perder el control. Estamos diseñando la nueva estrategia y no podemos excluir nada.
P. ¿Se vendían mejor sus libros en la transición?
R. En términos absolutos, en España en los últimos 25 o 35 años se han publicado y vendido muchísimos más libros de todas las materias. En términos comparativos, los nuestros no son los que han aumentado más sus ventas.
P. ¿Se ha vuelto más difícil competir con los grandes grupos?
R. Independientemente del tamaño de la editorial, el mercado ha crecido mucho. En los últimos 10 años, las ventas brutas de las editoriales privadas han crecido un 27%. Si descontamos la inflación y la distorsión del IVA el crecimiento es del 4,5% negativo. Quiere decir que el sector va marcha atrás. Las editoriales pequeñas representan casi la mitad del fondo cultural y el 11% de la facturación y no pueden editar tantos títulos nuevos. Si se agudiza esta tendencia se erosionará el fondo cultural.
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