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CORAZONES DE VERANO
Columna
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Cómo ser famoso

SON MUCHOS los famosos que me escriben pidiéndome consejo sobre como comportarse con los seres humanos que no son ricos ni famosos como ellos. ¿Deben hacerse los modestos cuando les aclaman por la calle? ¿Hay que dejarse besar? Trataré de ayudarles.

Obligaciones penosas. No todo son alegrías en la vida del famoso, pero en la vida del famoso "progresista" hay obligaciones tremebundas que los demás famosos se ahorran. Los políticos de izquierdas famosos, los cantantes famosos que sobrevivieron a la movida y las locutoras de radio famosas comprometidas no sólo tienen que ocultar a sus fans que viven en la misma urbanización que Isabel Pantoja. Por desgracia, también están obligados a coger el metro y hacer la compra de vez en cuando. Al realizar estas actividades terroríficas los famosos progresistas demuestran que siguen siendo los mismos y que "no han perdido el contacto con la realidad". Es una de las servitudes de la fama. Naturalmente hay mucha más realidad en un taxi o en un coche oficial. Y mejor temperatura.

Vivir en Cataluña. Lamentablemente, se ha puesto de moda decir que en Cataluña los famosos pueden mantener el anonimato, porque los ciudadanos les respetan. Es terrible, pero los catalanes han terminado creyéndoselo y, ahora no hay catalán que se acerque a pedir un autógrafo. Cataluña le sienta bien a tu pelo, dice el eslogan, pero no a tu ego. Toda esa pamplina de la privacidad de la Infanta Cristina ha hecho mucho daño a los que, como usted, quieren ser aclamados.

Tener mesa. Cuidado con los famosos jóvenes y bien valorados por la prensa (imitadores de la televisión y cómicos de los años setenta reconvertidos en actores de carácter). Declaran que la fama no es importante y que para lo único que sirve es para tener buena mesa en los restaurantes. No hay que creerles. Con la llegada del euro (tipo de moneda con el que hacer operaciones inmobiliarias, pagar al guardaespaldas, sobornar, etc...) la mayoría de restaurantes caros están vacíos, por lo que salir a cenar no tiene el mismo aliciente de antes, ni le procurará las mismas reverencias. No me parece una buena opción escoger restaurantes que estén de moda, a no ser que sea usted verdaderamente muy famoso. El problema de esos restaurantes es que están llenos de otros famosos, y los otros famosos nunca le van a mirar con el mismo cariño que el de las gentes sencillas, a no ser que sean famosos porque han contado que se acuestan con usted.

Leer. El famoso político o el famoso presentador de televisión, sólo lee y escribe notas para un artículo en los aviones y en los aeropuertos. No lo olvide. Esos famosillos del tres al cuarto que leen en sitios vulgares como en la cama, son una plaga. En la cama, el famoso desayuna, duerme o atiende a sus fans.

Salir en la tele. En las entrevistas entrañables, el famoso deberá decir, con un toque irónico, que cuando su hijo le ve en la televisión no le da ninguna importancia o cambia de canal. Eso, por supuesto, es sólo una pose. Usted debe educar a su hijo en la idolatría más irracional.

Cosas a tener en cuenta de la gente anónima:

Las personas anónimas tienen otros intereses y temas de conversación que los de los famosos, sobretodo porque no pasan el verano en los mismos lugares que usted y van vestidos con ropa de otra marca. Hay unas cuantas cosas que no debe decirles si no quiere que le consideren un estirado o que le miren con encantadora perplejidad:

1. "Qué delgado te veo. ¿Te has hecho una liposucción?". Esta frase es inconveniente. Un proletario no puede permitirse las liposucciones y, si desea perder kilos, sigue el método primitivo de nuestros ancestros, consistente en hacer gimnasia y dieta. (Nota: Hacer dieta es no comer ni tomar copas).

2. "Me acosté con un fan el otro día. Pero fue lo de siempre. Se acuestan con el personaje, no con la persona". Para un no famoso esta frase es incomprensible. Cuando alguien se acuesta con ellos, siempre es con ellos y no con el personaje, a no ser que se ganen la vida en una barra americana o ejerciendo de Papá Noel en unos grandes almacenes.

3. "He descubierto una nueva terapia alternativa china". Cuidado. Los seres anónimos no hacen terapias alternativas chinas, porque en general no se aburren, consagrados como están a ganarse la vida o hacer la cola del paro.

4. "Tengo mucho trabajo". Cuidado también. Cuando ellos dicen que tienen mucho trabajo no se refieren a que tienen una gira o tres películas, sino a que deben corregir exámenes o servir hamburguesas.

5. "Te deseo mucha salud". Es una frase bien intencionada, pero no aconsejable. Para usted, que es famoso, tener salud significa que siempre podrá pagar sus sesiones de fangoterapia. Para ellos es otra cosa. Los únicos proletarios que siempre tienen salud son los trabajadores autónomos.

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