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El congreso del PSC aprueba por unanimidad el voto afirmativo a la Constitución europea

Miquel Iceta y José Zaragoza serán los dos 'hombres fuertes' de José Montilla

El Partit dels Socialistes (PSC) no ha dejado en su 10º congreso nada al azar. Ayer una mayoría a la búlgara, como todas las que se registran en este cónclave, aprobó por unanimidad dar el sí a la Constitución europea. La decisión de los socialistas catalanes se produce dos semanas después de que su más directo rival político, Convergència Democràtica, tropezara con la piedra europea en su congreso. El PSC, ahora en la cresta de la ola del éxito político, no ha desaprovechado la ocasión para mostrar lo que debe hacer un partido que aspira a la centralidad del espacio catalanista.

Los pasados 10 y 11 de julio, la militancia convergente obligó a la dirección del partido a convocar un congreso extraordinario para decidir su postura. La base del partido es, de acuerdo con lo expresado, contraria al texto constitucional en caso de que no haya reconocimiento explícito del catalán. El error político convergente, tal como no dudan en calificarlo en privado dirigentes del propio partido, ha sido aprovechado por los socialistas catalanes, imbuidos del nuevo papel que pretenden desempeñar y que repiten machaconamente en su 10º congreso: ser referentes de la política catalana y representantes, por tanto, de esa mayoría de la que se aleja el proyecto nacionalista que lidera Artur Mas, a juicio del primer secretario y ministro, José Montilla.

Ayer, el encargado de lograr el refrendo de las bases socialistas al texto constitucional fue el presidente de la Eurocámara, el socialista catalán Josep Borrell. "El PSC tiene que dar ejemplo", proclamó ayer Borrell, porque una Europa sin Constitución "continuará siendo durante muchos años un gran mercado y su voz política no sería respetada y escuchada".

Reconocimiento del catalán

"Hay que defender la Constitución alto y fuerte", proclamó el presidente del Parlamento Europeo. Si la sociedad catalana siempre ha sido europeísta, ahora no se entendería que el PSC votara contra la primera Carta Magna de que se dota la UE, afirmó Borrell ante el plenario.

Asimismo, admitió que el contenido de la Constitución no le satisface plenamente, pero señaló que sería un error rechazarla únicamente por no incluir el reconocimiento del catalán. "Es necesario que Cataluña, su lengua, su cultura y su identidad sean reconocidas, pero supone un paso adelante. Se hace camino al andar", afirmó machadianamente.

El congreso decidió también asumir las tesis expuestas por el presidente del partido y de la Generalitat, Pasqual Maragall, respecto al reconocimiento del catalán en la Constitución europea. Maragall ya expuso el pasado miércoles ante el presidente Zapatero que el catalán no sólo debe estar presente en cuanto a la traducción, sino también por el anexo del tratado, en el que la UE se compromete a fomentar las lenguas no oficiales.

En este congreso del PSC en el que parece que todo está casi milimétricamente calculado, el único elemento que quedaba por despejar era la configuración de la nueva ejecutiva. Sin embargo, a media noche de ayer ya estaba claro que los dos hombres fuertes de José Montilla en el nuevo organigrama serán Miquel Iceta y José Zaragoza.

Miquel Iceta, como viceprimer secretario o primer secretario adjunto -una terminología de nuevo cuño- asumirá parte del día a día que hasta ahora llevaba Montilla. Iceta era portavoz del partido y miembro de la ejecutiva.

La segunda trayectoria ascendente en el partido de los socialistas la hace José Zaragoza, de la federación socialista del Baix Llobregat y encargado de las cuestiones electorales del PSC, que será el nuevo secretario de organización en sustitución de Joan Rangel.

Pese a que la ronda de contactos entre Pasqual Maragall y José Montilla para configurar la ejecutiva se inició sobre las siete de la tarde, avanzada la noche la lista no estaba cerrada y estaba previsto que la discusión se prolongara hasta entrada la madrugada. Hoy la tendrá que aprobar el congreso.

Si en el asunto de la Constitución europea todo fue a pedir de boca para la dirección del PSC, otro tanto sucedió con la consecución de grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados. Las enmiendas que reclamaban la constitución de inmediato de un grupo independiente del PSOE en la Cámara baja chocaron contra el muro de la dirección, que consiguió imponer su tesis. Será la futura ejecutiva que salga de este 10º congreso la que decida cuándo y cómo los socialistas catalanes expondrán al partido hermano la necesidad de recuperar el grupo que perdieron tras el intento de golpe de Estado de 1981.

De las cuatro enmiendas que pedían la constitución de un grupo propio, sólo la presentada por la delegación de Begues resultó aprobada. Llegaba con todas las bendiciones de la dirección y la defendía el presidente de la federación de Barcelona, Joan Ferran. Era, de todas ellas, la menos explícita, pues no aludía directamente a su objetivo. La moción reza: "La comisión ejecutiva del partido establecerá en cada momento la articulación parlamentaria más adecuada para conseguir nuestros objetivos". Es decir, el congreso deja esta decisión a lo que disponga la cúpula del PSC.

Las otras enmiendas que pedían de inmediato un grupo separado del PSOE fueron retiradas por los delegados. La única que quedó viva en comisión, la de Girona, obtuvo 16 votos a favor de alrededor de 300. Los delegados de Girona planteaban que el PSC "con lealtad y compromiso con el conjunto del socialismo español trabajará para que el próximo reglamento del Congreso de los Diputados no impida que el PSC pueda recuperar el grupo parlamentario propio".

También en el asunto de las incompatibilidades se ha seguido la tónica de encomendarse a las directrices emanadas de la dirección del partido.

En los nuevos estatutos han introducido el relajo. Los criterios sobre incompatibilidades no son, ni mucho menos, de carácter obligatorio, pues tan sólo señalan que "es criterio" del partido la no acumulación de cargos. Y al final del artículo se especifica que estas disposiciones "tendrán que compatibilizarse con los objetivos políticos y organizativos del partido". O sea, que la dirección del PSC podrá aplicarla discrecionalmente.

A esa solución se llega en un momento en que el PSC acapara las instancias de poder. La decisión ha sido tomada para no perpetuar incumplimientos. La dirección ya desobedeció las instrucciones del anterior congreso, el noveno, celebrado en el año 2000, que establecía la obligatoriedad de redactar y aprobar en el plazo de un año un régimen de incompatibilidades para los cargos electos del partido.

Tres mandatos

Ayer, fuentes de la dirección del PSC confirmaron este asunto y comentaron que el partido se puso manos a la obra pero que "era muy complicada su redacción".

Los nuevos estatutos mantendrán la limitación de cargos a tres mandatos o legislaturas consecutivas, pero ampliará esta disposición a todos los electos, incluyendo a alcaldes, concejales y al propio presidente de la Generalitat, aunque con la mencionada cláusula de salvarguarda en manos de la dirección. En los anteriores estatutos se limitaba a diputados, senadores, parlamentarios autonómicos y europarlamentarios. Igualmente, se señala que ninguna persona podrá simultanear dos cargos institucionales o ejecutivos en el seno del partido, a menos que esté obligada por razones legales, por ejemplo, concejal y miembro de un consejo comarcal o parlamentario y senador por designación autonómica.

Igualmente, el congreso aprobó una resolución a favor del plan Baker para la resolución del conflicto del Sáhara occidental, en un momento en que desde el Gobierno central se empieza a distanciar de la propuesta amparada por Naciones Unidas, tal como recientememnte hizo Rodríguez Zapatero durante su visita a Argelia.

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