El rey de las fragancias comestibles
EL CELLER DE CAN ROCA, la sublime propuesta de los hermanos Roca en Girona
Desde hace algún tiempo el apellido Roca no se vincula tan sólo a la figura de un gran cocinero. También designa a un magnífico sumiller y a un espléndido pastelero. Este es el logro de los tres hermanos Roca -Joan, Josep y Jordi-, que juntos han sabido prestigiar este restaurante al tiempo que dejaban en evidencia su meritoria labor de equipo. Resulta increíble que a estas alturas de su trayectoria, Joan, el primogénito, posea la envergadura de un crack y la humildad de un aprendiz en el oficio. No existe en toda España un profesional con un talante parecido. Estamos ante un cocinero reflexivo, culto, elegante y metódico que desde un punto de vista humano resulta particularmente sencillo.
EL CELLER DE CAN ROCA
Carretera de Talaia, 40. Girona.
Teléfono 972 22 21 57. Cierra domingos y lunes.
Precio aproximado por persona, entre 60 y 90 euros.
Menú de temporada, 40 euros (IVA no incluido). Menú degustación, 57,10 euros. Menú sorpresa (previo encargo), 75 euros. 'Parmentier' de calamares, 18 euros. Pulpitos con chalotes al cacao y menta, 23 euros. Pichón con fresas y rosas, 20 euros. Adaptación del perfume Ángel, de Thierry Mugler, 9 euros.
Pan ... 8,5
Café ... 9
Bodega ... 9,5
Ambiente ... 8
Servicio ... 8
Aseos ... 7,5
En el transcurso de los últimos años, a sus reiterados trabajos de investigación en el campo de las cocciones al vacío a baja temperatura, recogidos en un espléndido libro, ha sumado su incansable búsqueda de nuevas experiencias gastronómicas. Siempre por senderos poco trillados, haciendo gala de técnicas depuradas y de sutiles refinamientos. Alcanzada una joven madurez, ya en el cenit de su trayectoria, su cocina desvela una apabullante capacidad de síntesis. Frente al barroquismo y la tendencia a desfigurar las materias primas, defectos habituales en los malos cocineros, Roca propone platos limpios que ensalzan el producto básico y lo rodean de contrastes agridulces o jugos traslúcidos. Entre el uso que hace del humo y su delicada habilidad para manejar especias y hierbas, se ha convertido en el rey de las fragancias comestibles.
Anchoas y pulpitos
Da lo mismo pedir a la carta que seguir alguno de sus menús, el festín está garantizado. Son deliciosas las anchoas con crema sólida de aceite de oliva, e intrigante el jugo de hierbas anisadas con agua de mar y berberechos. Roca no escapa a la devoción de Ferran Adrià por los trampantojos gastronómicos. Como muestra, los pulpitos con cebollitas al cacao, en el que verduras y mariscos juegan a aparentar lo contrario. O la fideuá de gambas a los ajos tiernos, que carece de fideos.
El colmo de la genialidad es el helado salado de hongos que se cubre con media campana sólida / crujiente de caramelo, y cuyo espacio interior se rellena de abundante humo de encina. Entre sus grandes especialidades también figuran la cigala perfumada al humo de curry y la sopa de foie-gras con alcachofas.
PERFUMES FAMOSOS CONVERTIDOS EN POSTRES
EL CELLER de Can Roca se ha convertido en un santuario para sibaritas. Hasta tal punto que no hay un detalle que escape a la sensibilidad y supervisión de los tres hermanos Roca. El servicio es muy profesional, el surtido de panes poco habitual y el café una delicia. Cuando se trata de beber hay que ponerse en las manos de Josep, hermano mediano de la familia y uno de los mejores sumilleres de Europa. Conoce los vinos mundiales en sus lugares de origen, habla de pagos, de la composición de cada terreno y de los niveles pluviométricos con la misma facilidad con que describe sus matices en función de las variedades de uvas, los tiempos de crianza y la evolución en botella. A su edad se ha convertido en un verdadero sabio que también sienta cátedra con los cigarros habanos.
No menos deslumbrantes son los postres, que corren a cargo de Jordi, benjamín de la familia, que con un desparpajo impropio de su edad ha profundizado en la línea de los perfumes famosos para hacerlos comestibles. Algo insólito en el mundo goloso que tiene trastornado al universo de la moda. Desde hace algo más de dos años los clientes concluyen los almuerzos con postres que constituyen la adaptación de perfumes. Jugando con la bergamota, con vainas de vainilla, con aromas frutales, gelatinas, helados, infusiones y cremas consigue emular los renombrados Extrème, de Bulgari; Tréssor, de Lancôme; Carolina, de Carolina Herrera; Incanto, de Salvatore Ferragamo, y el Polo Woman, de Ralph Lauren.
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