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La Filmoteca recibe un centenar de películas sobre ritos de sanación

Las cintas, obra del jesuita Laburu, han sido encontradas en Loyola

Maribel Marín Yarza

Para sanar heridas infectadas, el curandero se santiguaba, rezaba tres veces el Señor mío Jesucristo, siete el Credo, y colocaba un emplasto de manteca, aceite, ajo y excremento de vaca sobre la lesión. El rito se practicaba en los años treinta en Guipúzcoa y hoy puede verse gracias a las imágenes filmadas por el jesuíta José Antonio Laburu. La Compañía de Jesús ha depositado esta cinta en la Filmoteca Vasca junto a otro centenar de películas realizadas por el religioso y halladas en el Santuario de Loyola.

El presidente de la Filmoteca Vasca, Martín Ibarbia y el padre jesuíta Isidro María Sans Benguría fimaron ayer en San Sebastián el convenio por el que la Compañía de Jesús cede a la entidad audiovisual, para su restauración y conservación, la obra de Laburu (Bilbao, 1887-Roma, 1982). Este jesuíta adelantado a su tiempo, se licenció en Farmacia, fue profesor emérito de Biología, Antropología y Caracterología en la Universidad Gregoriana de Roma y todavía tuvo tiempo para escribir, dar conferencias y rodar películas sobre animales, sobre países como Chile o sobre ritos de sanación.

Se sabía de la existencia de este material, pero nadie conocía su paradero. Hasta que, a principios de año, Isidro María Sans -hasta hace diez años catedrático de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto- fue destinado al Santuario de Loyola y se le encomendó la tarea de organizar los archivos. Entre los distintos materiales halló una serie de papeles del padre Laburu, "profesor universitario y brillante conferencista". Y junto a ellos un centenar de películas filmadas por él mismo, "porque el padre Laburu también fue pionero en este tipo de misterio apostólico", explicó.

Las cintas, rodadas entre 1932 y 1935 en formato de 16 milímetros en distintos caseríos vascos -sobre todo en Oiartzun- tienen gran importancia antropológica, como se recalcó ayer. Porque, entre otras cuestiones, muestra las prácticas de curación de aerofagias, dolores de vientre o caspa infantil que se realizaban en la época, y que después Laburu explica por escrito. El epígrafe dice: "Para curar las mordeduras de serpiente". Y el jesuíta apunta: "Dice sobre el enfermo, pronunciando su nombre: 'Libra dezala Pasmo Zikiñ ta materi zikiñetik' y reza 21 credos". Luego añade: "La curandera es mayor (...). Al preguntarle si se curaban todos los casos, se indignó y dijo que la curación no la hacía ella, sino Dios Nuestro Señor, y si las fórmulas y curaciones se hacían bien, la curación siempre es cierta".

Los responsables de la Filmoteca aún no han visionado todas las películas. Pero ya saben que entre ellas no están las filmaciones que supuestamente hizo el jesuita de las apariciones de la virgen en el monte de Ezquioga y que el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón recreó en 2001 en Visionarios. Se piensa que pueden estar en Roma.

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