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Maragall y Blanco dan por cerrada una etapa de tensiones entre el PSC y el PSOE

El 10º congreso de los socialistas catalanes aprueba por unanimidad la gestión de Montilla

La soberanía del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) está por encima de cualquier duda, al igual que su lealtad y colaboración con el PSOE. Ésas fueron las ideas que ayer intercambiaron el presidente de la Generalitat catalana y del PSC, Pasqual Maragall, y el secretario de organización del PSOE, José Blanco, en la inauguración del 10º congreso de los socialistas de Cataluña, que se celebra en Barcelona. Ambos dirigentes quisieron evidenciar de esta manera el fin de una etapa de tensiones entre ambas formaciones políticas.

El cónclave del PSC empezó con un abrazo dialéctico entre Maragall y Blanco, después de los momentos difíciles vividos tras el 36º congreso del PSOE. Era la escenificación del retorno de la calma tras la tempestad desencadenada el primer fin de semana de julio. En aquellas fechas, algunos sectores del PSOE intentaron vetar la presencia de José Montilla como representante del PSC en la ejecutiva federal, sin tener en cuenta que los socialistas catalanes son soberanos y les asiste el derecho a elegir a sus representantes en la dirección del PSOE.

Los discursos de José Blanco y Pasqual Maragall no pudieron ser más elocuentes, animados, eso sí, por el ambiente de euforia que rodea el primer congreso que el PSC celebra desde el poder autonómico. El secretario de Organización del PSOE recordó "la naturaleza singular de las relaciones" entre ambas formaciones. "Esta relación no es un problema. Al contrario, es una solución, la mejor solución para que un partido soberano como el PSC participe plenamente en el socialismo español y para que el PSOE se sienta plenamente representado por el PSC", agregó Blanco, quien recordó que la victoria de Zapatero fue posible también gracias al voto de 1,6 millones de ciudadanos de Cataluña.

Maragall también quiso subrayar esa colaboración y destacó que el PSOE, "el partido hermano", ha tenido el "coraje de poner sobre la mesa los grandes temas del segundo cuarto de siglo democrático que ahora comienza".Y en el único pasaje de su discurso en castellano aseguró: "Creo que algunos no entendieron bien a Miquel Iceta en el congreso del PSOE cuando dijo que estábamos allí como resultado de una libre decisión, porque queríamos", destacó el presidente catalán. "Hay que respetar aquel pacto [el de abril de 1977 por el que nació el PSC como fusión del PSOE y el Partit Socialista de Catalunya] en todos sus términos y lo haremos", concluyó Maragall. El presidente de la Generalitat también se desmarcó del nacionalismo y resaltó las virtudes del catalanismo "más efectivo y no menos enamorado [que el nacionalismo] de nuestros barrios, nuestros valles y nuestros ríos".

El primer secretario del PSC, José Montilla, remachó el clavo en la presentación del informe de gestión al pedir el voto de todos los desencantados por lo que considera proceso de radicalización de CiU. "Tenemos que aspirar a representar políticamente a aquellos que no se reconocen en la CiU de Artur Mas y su equipo", dijo Montilla antes de que el congreso aprobara por unanimidad el informe de gestión.

De esta manera concluía el primer día de congreso del PSC que durante este fin de semana tiene previsto elegir nueva ejecutiva, en la que no se esperan sorpresas. Montilla y Maragall seguirán al frente de la nave.

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El socialista Pasqual Maragall y el republicano Josep Lluís Carod-Rovira, en el congreso del PSC.
El socialista Pasqual Maragall y el republicano Josep Lluís Carod-Rovira, en el congreso del PSC.SUSANNA SÁEZ

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