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Reportaje:FÓRUM DE BARCELONA | Espectáculos

Una vida de circo

Una familia gitana franco-rumana presenta en el Fórum "Camino cíngaro", un espectáculo de números clásicos y música

La de Alexandre Romanès es mucho más que una vida dedicada al circo. Lo suyo viene de muy lejos. Cuenta que su tatarabuelo ya iba de pueblo en pueblo con sus tres mujeres, sus hijos y un oso realizando pequeños números circenses. Él sigue con esta vida nómada y ahora ha recalado en Barcelona con su compañía familiar, Circo Romanès, para presentar en el Fórum el espectáculo Camino cíngaro.

Alexandre pertenece a los Bouglione, una de las familias gitanas (de la etnia sinti) de circo más famosas en Francia. Nació en París en 1951 y con apenas cinco años ya hacía números de escaleras libres (sin apoyo). A los 18 años se convirtió en domador y dos años más tarde abandonó el circo familiar porque consideraba que estaba adquiriendo dimensiones demasiado grandes y que con ello perdía su esencia. A partir de ahí inició un periplo que lo llevó a hacer números de equilibrismo en la calle, a tejer cestos a orillas del Loira y a tocar el laúd en iglesias de toda Francia.

Es en este periodo de su vida cuando Alexandre descubre otra de sus grandes pasiones: la poesía. Se hizo amigo de Jean Genet y frecuentaba los mismos círculos que otros poetas, como Lydie Dattas y Jean Grosjean. "Mis poesías son muy sencillas y a la vez críticas con los valores que imperan en la sociedad actual", explicó ayer, horas antes de estrenar su espectáculo en el Fórum. La editorial francesa Gallimard acaba de publicar un libro suyo de poesías, que ha sido muy bien acogido por la crítica francesa y que incluso ha aparecido en la revista Le Nouvel Observateur.

Alexandre no sólo aplica la sencillez a la poesía, sino también a su espectáculo. En 1994 conoció a su actual esposa, Delia -de origen rumano-, en un campamento gitano en Nanterre, en las afueras de París. Se casaron, tuvieron seis hijos y decidieron coger la carretera con una pequeña carpa. Así nacía Circo Romanès, el primer circo cíngaro de Europa.

Desde entonces no han parado de actuar y se podría decir que se han convertido en una verdadera institución en Francia, donde desde hace cuatro años están instalados con su carpa y sus caravanas cerca de la plaza de la Bastilla, en pleno centro de París. Pero les han dicho que se tienen que ir. "Al principio nadie nos quería allí, igual que nos pasó en unos terrenos cerca de Montmartre, pero ahora la gente llora porque no quieren que nos vayamos", explicó el artista.

Camino cíngaro es un espectáculo "clásico" y "sencillo" en el que nunca se deja de oír música. Mientras de fondo suenan un violín, un acordeón, un contrabajo y un clarinete, Delia encandila al público con su dulce voz. A la vez se van sucediendo los números de trapecio, malabares, contorsionismo y funambulismo. Los cinco hijos de la pareja, cuatro chicos y una chica de edades comprendidas entre 4 y 15 años, también actúan. Además hay artistas invitados de Bulgaria, Francia y Marruecos.

A pesar de vivir en una ciudad tan moderna y cosmopolita como París, la familia Romanès intenta mantener las costumbres y tradiciones gitanas. Los chavales no van a la escuela. "Tienen un profesor particular", matiza el patriarca. "Yo tampoco fui a la escuela", añade. Y no le ha ido nada mal. Alexandre lamenta, aunque pueda parecer extraño, que su compañía haya tenido tanto éxito. "Yo quería hacer un circo pequeño y con que tuviéramos suficiente para comer ya me daba por satisfecho. Desgraciadamente, nos hemos convertido en una empresa comercial y para nosotros es demasiado trabajo".

A pesar de ello, está encantado de estar en el Fórum (es la primera vez que actúan en España). Alexandre, sin embargo, estuvo en España trabajando en varias compañías circenses en la década de 1970 y ayer no podía dejar de mostrar su asombro por el "espectacular cambio" que ha visto.

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