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Blanco tratará de convencer al PSOE para que abandone la defensa de listas electorales abiertas

Un sector del PSOE considera que la competición entre candidatos puede generar corrupción

Anabel Díez

En el PSOE se ha reabierto el debate sobre la idoneidad de modificar la ley electoral para conseguir candidaturas abiertas, o al menos desbloqueadas, para que los ciudadanos puedan elegir entre candidatos. A pesar de que así figura en el programa electoral, el secretario de Organización y Coordinación del PSOE, José Blanco, echó ayer un primer jarro de agua fría a la propuesta al calificar de "falso debate" la opción entre listas cerradas y abiertas para conseguir más democracia. Dirigentes socialistas estiman que la disputa por el escaño puede degenerar en prácticas de corrupción.

En el programa electoral del PSOE, que coordinó Jesús Caldera, se creó un amplio capítulo titulado La democracia de los ciudadanos, dirigido por Diego López Garrido, en el que se incluyó un apartado sobre la reforma electoral. La prueba de que hubo un intenso debate estuvo en las distintas redacciones que se dio a este apartado. Cuando parecía que el afán democrático de los expertos que colaboraron con el programa iba a llevar a proponer directamente en el programa la aprobación de las listas abiertas, se optó por una solución más ambigua y más modesta.

"Toda reforma electoral requiere el máximo consenso; por ello, el PSOE abrirá un debate con la sociedad y con los grupos parlamentarios sobre la mejora del actual sistema electoral". La primera "mejora" que propone dice: "Desbloqueo de las listas electorales, reconociendo al elector la facultad de expresar una o varias preferencias entre los candidatos de la lista elegida".

La bondad democrática de ese desbloqueo de las listas no la encuentra el secretario de Organización y Coordinación del PSOE, responsable de la acción electoral, tal y como ayer manifestó en los cursos de verano de El Escorial en un seminario sobre el futuro de la izquierda. Blanco reconoció que siempre que se quieren abordar los problemas de la representación política se invocan cambios en los sistemas electorales. "Soy escéptico en cuanto a la capacidad de las reformas en el sistema electoral para solucionar esos problemas", dijo.

"La vía de la solución no está en el falso debate entre listas abiertas o cerradas, sino en abrir los cauces para un mayor control social del funcionamiento de los partidos y, por tanto, también de la elaboración de las listas", añadió.

Pero los problemas se dan en los dos sistemas clásicos: mayoritario y proporcional. En el primero, lo más positivo está en los lazos claros entre representantes y representados, ya que el diputado tiene que ganarse personalmente la confianza de sus votantes. Pero se establece un bipartidismo que elimina a las minorías y deja a muchos ciudadanos sin representación.

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De otro lado, el sistema proporcional fomenta el pluralismo pero diluye la relación entre votantes y votados, "y convierte a los parlamentarios en miembros anónimos de una lista, cubiertos exclusivamente por el paraguas de su partido", explicó Blanco.

No hay una respuesta clara respecto al qué hacer. "Es probable que la vía para garantizar que en las listas electorales primen los criterios de idoneidad y representatividad social sea que en su elaboración y aprobación no sólo participen los órganos internos del partido, sino los propios ciudadanos".

La concreción de esa participación de los ciudadanos es sobre la que Blanco y su equipo trabajarán en los próximos meses. Lo cierto es que es muy probable que en el PSOE gane la tesis a la que se aproxima el secretario de Organización y no se instauren las listas abiertas. Sus detractores estiman que el afán de los candidatos a obtener un escaño en disputa con otros compañeros puede hacerles caer en prácticas irregulares o incluso corruptas. Por ejemplo, alguien puede caer en la tentación de buscar patrocinadores para ser más conocido que otro entre los ciudadanos a cambio de algo, o con pagos propios, ajenos al partido bajo cuyas siglas se presenta a las elecciones.

José Blanco.
José Blanco.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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