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La nueva contabilidad alterará la participación de las cajas en bancos

La norma IAS limita la obtención de beneficios de las participadas

Íñigo de Barrón

La nueva normativa contable, que entrará en vigor en enero de 2005, impedirá que las entidades financieras apunten en sus resultados los beneficios de las sociedades en las que participen con menos del 20%. Esta medida supone un cambio radical en el panorama de las cajas, ya que las más importantes tienen participaciones en bancos con porcentajes inferiores al 20% y no tienen consejeros, hecho que evita conflictos de competencia.

En los últimos 10 años, las cajas han tomado importantes participaciones en los bancos medianos, casi siempre entidades que son competidores directos en sus territorios de origen. Éste ha sido el caso, entre otros, de La Caixa, que tiene el 15% del Banco Sabadell; la BBK y la Kutxa, que controlan entre las dos el 25% del Banco Guipuzcoano; Caixa Galicia, que posee el 9,9% del Banco Pastor, y Unicaja, que adquirió el 5% del Banco de Andalucía, perteneciente al grupo Banco Popular.

Este movimiento, que ha sido polémico porque los bancos no pueden entrar en las cajas, ha supuesto un importante esfuerzo inversor, pero tenía tres compensaciones. Por un lado, con estas participaciones, las cajas se convertían en guardianes de los bancos vecinos para alejar posibles compradores más agresivos que pudieran llegar a ganarles terreno en su casa.

Puesta en equivalencia

Además, se aprovechaban de que la legislación española permitía que, a partir del 3%, las cajas se anotaran los beneficios de sus bancos participados a través de un apunte contable denominado puesta en equivalencia. Para La Caixa, por ejemplo, en el año 2003, la puesta en equivalencia de todo su grupo industrial supuso 824 millones frente a un beneficio de 840 millones.

Por último, las cajas ingresaban los dividendos que obtenían por su participación, algo que seguirán haciendo en el futuro. En el lado negativo está que debían amortizar, contra la cuenta de resultados, los fondos de comercio (la diferencia entre lo que pagaban y el valor en libros de la sociedad) que se generaban con esta operación.

Las normas internacionales de contabilidad (IAS, por sus siglas en inglés), que entran en vigor en enero próximo, alterarán esta situación. A partir del próximo año, las cajas (al igual que los bancos) no podrán apuntarse los beneficios de sus participadas, si no tienen el 20% del capital, o mantienen puestos en su consejo o bien tienen alguna influencia en la gestión. Las cajas no comparten la gestión con los bancos porque eso provocaría conflictos con el Tribunal de la Competencia, ya que acumularían importantes cuotas de mercado.

Es el caso de La Caixa y el Sabadell. Fuentes de la entidad de ahorro sólo comentan que "se están estudiando las normas de contabilidad y después se trasladarán los comentarios oportunos al Banco de España". En el caso de las cajas vascas, fuentes del mercado apuntan que, en principio, no creen que haya cambios en el accionariado. Sin embargo, las cajas verán cómo cae la rentabilidad de sus inversiones bancarias, salvo que consigan la autorización del Banco de España para incrementar su participación al 20%, algo que, hoy por hoy, no parece factible. Si decidieran abandonar sus inversiones, el Sabadell, el Guipuzcoano y el Banco Pastor perderían sus principales accionistas y serían más vulnerables a OPA, lo que animaría el mercado. La única excepción del sector es Bancaja, cuyo presidente, José Luis Olivas, es consejero del Banco de Valencia. Pero fue, precisamente, este caso el que resultó más polémico. Tras él, el Banco de España acabó con esta vía.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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