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Un canadiense compra 'el balón de Beckham' por 28.000 euros

Pablo Carral, un aficionado gallego de 25 años, nunca olvidará la Eurocopa 2004, sobre todo la tanda de penaltis del partido de cuartos de final entre Inglaterra y Portugal. Entonces, mientras el capitán inglés David Beckham todavía se lamentaba por haber fallado su lanzamiento que dejaba fuera del torneo a su selección, Carral ya se las ingeniaba para salir del estadio de la Luz, en Lisboa, con el cuerpo del delito bajo su camiseta. El aficionado coruñés nunca pensó lo rentable que le llegaría a ser el balón de Beckham.

Su particular odisea acabó ayer cuando el Roteiro, nombre comercial del balón, fue adjudicado en subasta a un canadiense que pagará 28.050 euros por ese recuerdo. Una cantidad modesta si se tiene en cuenta las descomunales cifras de las que se habló en un principio, más de 10 millones de euros, y el precio real del balón, 100 euros. Todo empezó el 12 de julio, cuando el portal español de internet de una conocida página de compraventa anunciaba la subasta del Roteiro. Un acontecimiento con el que la web ha registrado un nuevo récord de visitas, más de 1,3 millones.

El balón, al que se le asignó un euro como precio de salida, recibió un centenar de pujas de más de ochenta aficionados; ingleses, alemanes y holandeses, en su mayoría. Muchas de esas ofertas desbordaron al portal, que se vió obligado a comprobar la veracidad y solvencia de todas ellas. La más alta correspondió a un diario británico que ofreció 18.000 euros por el balón del penalti fallido.

A Carral la pelota le "cayó del cielo". Durante los días que duró la subasta, el Roteiro -fabricado en Tailandia, con la fecha y el lugar como inscripción- permaneció custodiado dentro de una caja fuerte. Mañana viajará a Canadá.

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