Sorpresa

Leo en estos últimos días dos noticias sobre el aeropuerto de Madrid-Barajas que rebasan mi capacidad de sorpresa, que ya tenía por superada. Una de las razones que en su día justificaron la necesidad de ampliar Barajas frente a la alternativa de ubicar el aeropuerto en otro lugar que provocara un menor impacto sobre la población y el medio natural fue que el costo de la obra se doblaba.

Hoy nos enteramos de que la deuda contraída por AENA en estos momentos es del doble de su presupuesto inicial. También se dobla la afección ambiental a la población circundante, dado que el crecimiento de los desarrollos urbanos en todos los municipios que lo rodean también se ha doblado. La agresión al medio natural parece que no tiene fin.

Cada día surge una nueva noticia. Hoy le toca al río Jarama, ayer un bosque de sus proximidades, en el que 191 árboles fueron talados. ¿Hasta cuándo?

Lo más sorprendente de este asunto es el otro argumento, hoy ya olvidado, que en su día esgrimieron: la saturación de Barajas en un plazo de, aproximadamente, 15 o 20 años daría lugar a un gran nuevo aeropuerto en Campo Real. Si los cálculos del desfase presupuestario no nos fallan, se daría la paradoja de que el déficit presupuestario acumulado por AENA coincidiría justo cuando con la amortización de éste y la saturación prevista de la "faraónica obra". Continuará...