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Reportaje:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Alemania

Pedrosa regresa a la cima

Tras cuatro segundos puestos consecutivos, el piloto catalán supera a todos sus rivales en una auténtica exhibición

"Estoy sorprendido. Aquí nunca había subido al podio", confesó Daniel Pedrosa (Honda) tras ganar el Gran Premio de Alemania de motociclismo, que ayer se disputó en el circuito de Sachsenring. Habían transcurrido sólo unos minutos desde que había alzado su brazo derecho al cruzar la línea de meta, señal inequívoca que de que había logrado su objetivo. Sin embargo se le veía tranquilo, dando la impresión de que ganar es algo inherente a su personalidad.

Tiene sólo 18 años, pero cuenta ya con una mentalidad más propia de un piloto con una larga experiencia. "Mi ritmo de carrera ha sido buenísimo y eso es lo que me ha permitido abrir un hueco y llegar al final un poco más tranquilo", agregó en su conferencia de prensa. Pedrosa circula como un predestinado, como un hombre que sabe cual es su misión y que no se plantea ningún otro objetivo que no sea la victoria.

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Cuando el pasado mes de abril se inicio el Mundial, llegó a la categoría del cuarto de litro habiéndose subido a la moto sólo en cuatro ocasiones. Apenas había podido entrenar con su nueva montura. Llegó avalado por un título mundial de 125cc que ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar. Lo logró en el G.P. de Malaisia, en el circuito de Sepang, y menos de una semana más tarde sufría un durísimo accidente en los primeros entrenamientos libres del G.P. de Australia.

Su recuperación fue lenta y dolorosa. Llegó a estar postrado en una silla de ruedas, antes de coger las muletas para poder acudir a la última carrera del Mundial que se disputó en Valencia y recibir allí el homenaje que la afición española le debía. Ya entonces su cabeza sólo daba vueltas a una idea: volver a subirse a una moto. Pero el momento quedaba aún lejos entonces. Su rehabilitación le costó 141 días. En los que ni él ni su director de equipo, Alberto Puig, tenían ninguna duda. "Volverá", decía siempre el ex piloto, que sabía de qué hablaba porque él mismo había sufrido un terrible accidente que le dejó secuelas y le obligó a abandonar el motociclismo. "Y ganará", agregaba, "porque es muy bueno, es buenísimo".

Cuando el campeonato comenzó a Welkom, en Suráfrica, causó sensación. Ganó la carrera, demostrando una garra y unas ansias de victoria que ninguno de sus rivales tenía. Fue una demostración de cualidades, todas aquellas virtudes que Puig había estado anunciando salieron a flote: una trazada limpia y brillante, un espíritu de lucha inagotable, una precisión en sus actos impecable.

Y, sin embargo, no se cansaba de afirmar que aún no tenía un completo control de la moto. "Muchas veces no va donde yo quiero", decía. "Noto que en ocasiones me domina". Puede que él lo supiera, pero sus rivales no se daban cuenta. Allí Pedrosa se convirtió en el piloto más joven de la historia en ganar una carrera del Mundial de 250cc. Y en la siguiente, en el circuito de Jerez, sufrió una caída en la cuarta vuelta, pilotando sobre agua -la circunstancia que más odia-, cuando estaba luchando en el grupo de cabeza. Aquel fue el único lapsus que ha sufrido en todo el campeonato. En las siete carreras restantes, Pedrosa siempre ha estado en el podio. ¡Y no de cualquier forma! Siempre en el cajón más alto -tres veces con la de ayer- o en el segundo eslabón, las cuatro últimas carreras.

Ayer, sin embargo, Pedrosa tenía ya ganas de reconciliarse con la victoria. Había acabado por detrás de Sebastián Porto (dos veces), Randy De Puniet y Manuel Poggiali en los últimos grandes premios y quería demostrarles que su estrella no se había apagado en absoluto. Por eso, abrió el gas desde que tomó la salida y cuando cogió el liderato de la prueba tras superar al italiano Roberto Rolfo (Honda) en la primera vuelta, ya no lo abandonó.

Se fue como una flecha, controlando el desgaste de los neumáticos, y dejó a todos sus rivales luchando por el segundo puesto: allí estaban Rolfo, De Puniet (Aprilia), Sebastián Porto y Toni Elías (Honda). El de Manresa sufrió una caída al intentar mantener un ritmo que no era el suyo ni el de su máquina y quedó relegado a las últimas posiciones. Porto, en cambio, superó a Rolfo y De Puniet y se consolidó en la segunda posición, aunque nunca inquietó a Pedrosa. Y después De Angelis (Aprilia) se agregó al grupo y acabó subiéndose en el tercer eslabón del podio.

Dani Pedrosa celebra su victoria en el circuito de Sachsenring.
Dani Pedrosa celebra su victoria en el circuito de Sachsenring.REUTERS

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