Los sonidos electrónicos vuelven al desierto de los Monegros

La 10ª edición de la rave más popular y concurrida de España comienza hoy, a las cinco de la tarde, a pocos kilómetros de Fraga, en pleno desierto de los Monegros. Es la Groove Parade, desde este año simplemente Monegros Desert Festival, una fiesta electrónica que, en Huesca, una provincia de 150.000 habitantes, aspira a conseguir 30.000 espectadores para sus más de doce horas ininterrumpidas de música electrónica, fiesta y baile.

Iniciada hace 10 años como una simple prolongación de las actividades de la discoteca Florida 135, la rave de los Monegros rozó el cielo y también el infierno el pasado año, provocando que 25.000 personas colapsasen la carretera nacional que une Fraga con el emplazamiento de la fiesta en pleno desierto. Es por ello que en esta edición la organización ha redistribuido los accesos para evitar las colas que marcaron el inicio de la fiesta en 2003. Así, quienes procedan del norte y centro del país podrán acceder desde el kilómetro 414 de la Nacional 2, en la población de Candasnos. Quienes procedan del este podrán hacerlo desde el kilómetro 416, una vez pasado Fraga en dirección Zaragoza.

Para la edición que se inicia esta tarde y que concluirá mañana al mediodía, los siete escenarios ubicados en el recinto ofrecerán una programación muy variada desde el punto de vista estilístico, incluyendo a clásicos como Grandmaster Flash, Masters At Work o Front 242; figuras del house como Todd Terry o Kevin Saunderson; drum & bass con artistas de renombre como Goldie; primeras figuras del tecno como Richie Hawtin, Dave Clarke o Mike Mayers; artistas punteros del hip-hop como La Mala, DJ Vadim, La Excepción, SFDK o Tote King, y una larga lista de nombres que incluye a Ricardo Villalobos, Ángel Molina, Mad Professor, Cristian Vogel, Marco Carola, Maral Salmassi, Mistress Barbara o Miss Kittin. Un cartel de campanillas por 45 euros que facilitan acceso, una cena, dos consumiciones y un regalo muy práctico: unas gafas de sol para combatir el molesto efecto de los rayos del astro rey con los que el cielo saluda al amanecer a los avezados bailarines que brindan su colorido a la fiesta.

Borrasca y tormenta

Para definir este parque temático de la electrónica bailable que dura apenas 24 horas, Juan Arnau, representante de la tercera generación que regenta Florida 135 y máximo responsable de la fiesta de los Monegros, traza un paralelismo entre borrasca y tormenta de verano: "Los festivales estivales son una borrasca, pues duran varios días. Por el contrario, lo nuestro es una tormenta de verano intensa y breve de apenas un día de duración". Esta tormenta cuesta un millón y medio de euros y, en consonancia con la línea emprendida hace unos años, su orientación estilística ya no se destina al monocultivo del tecno.