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Un estudio afirma que la economía sumergida permite a la mitad de las familias de Cádiz llegar a fin de mes

La provincia de Cádiz no sólo soporta la tasa de paro más elevada del país, con casi el 17 % de la población activa desempleada, sino que la mitad de las familias gaditanas llega a fin de mes gracias a los ingresos que les reporta la economía sumergida. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por Cáritas Diocesana de Cádiz y Ceuta, una entidad que orienta su labor hacia las personas más castigadas por la pobreza y la marginación. Este informe alerta, además, sobre la situación endémica que sufren miles de parados que "nunca" conseguirán un "buen" empleo ante la falta de oportunidades que se les presenta.

El estudio, llamado Diagnóstico de oportunidades laborales para personas con menor cualificación y realizado por la empresa Folia Consultores, se erige como un instrumento de trabajo para combatir la precariedad laboral y el desempleo.

En especial, está dirigido hacia aquellas personas que por su baja cualificación profesional o formativa no pueden acceder a un puesto de trabajo bien remunerado y con cierta estabilidad. Una de los fenómenos detectados es que la creciente economía sumergida -que Cáritas prefiere llamar "economía informal"- de la que dependen la mitad de las familias gaditanas que realizan actividades o encargos no reglados para conseguir los ingresos mensuales necesarios. "Sin estos trabajos no regularizados, la situación de la provincia de Cádiz sería insostenible", afirmó Pepa Franco, directora de Folia Consultores.

Hay otras debilidades sobre las que alerta este estudio. Existe una gran bolsa de parados permanentes que "nunca" superarán esta situación debido a su escasa formación. Cáritas Diocesana reclama para estas personas una atención distinta de la que actualmente les ofrecen las distintas administraciones públicas.

"Fuga de cerebros"

Del desempleo son también víctimas un número elevado de jóvenes que sí cuentan con una elevada formación. "Es la fuga de cerebros que afecta fundamentalmente a las mujeres", lamentó ayer Sebastián Gómez, responsable de empleo y mujer de Cáritas.

La falta de coordinación política, el escaso éxito de los programas de fomento del empleo o la percepción de corrupción vinculada al crecimiento urbanístico son otras carencias que detecta este estudio, que enumera como "amenazas" laborales dar prioridad a la costa y olvidar los pueblos del interior, el deterioro de los recursos ambientales, la excesiva dependencia a las subvenciones y la pasividad ante la economía ilegal.

Frente a estos aspectos negativos, el documento resalta "oportunidades de futuro" en la provincia gaditana, como la creciente población inmigrante, el regreso de los emigrantes, el fomento del turismo o las soluciones mancomunadas.

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