Yagüe encomienda a Fustegueras la "normalización urbanística"

El Ayuntamiento de Marbella y la empresa Territorio y Ciudad, del arquitecto Manuel González Fustegueras, firmaron ayer el contrato para la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), un documento al que éste aplicará "lógica, ética y estética". El arquitecto reconoció que el principal reto será compatibilizar el plan con las ilegalidades urbanísticas cometidas en los últimos 12 años.

La normalización de la situación urbanística en Marbella parece cada vez más cerca. La adjudicación de la redacción del nuevo PGOU y el compromiso del Ayuntamiento de ir de mano de la Junta de Andalucía en el urbanismo pone fin a un largo conflicto entre ambas administraciones. La propia alcaldesa, Marisol Yagüe, calificó la firma del contrato de "hecho histórico". Yagüe encargó a Fustegueras la normalización de la actividad urbanística en Marbella, "regularizando en la medida de lo posible actuaciones anteriores, creando seguridad jurídica, adaptando el nuevo PGOU a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía y coordinándolo con el Plan de Ordenación Territorial de la Costa del Sol".

El arquitecto prometió estudiar la sugerencia. "Vamos a entrar a valorar las circunstancias concretas de cada uno de esos hechos y tenderemos a la normalización", dijo González Fustegueras, que señaló que esta regularización no debe sin embargo implicar una merma en la calidad de vida de los ciudadanos. "No creo que debamos de permitir asumir la disminución de los estándares de equipamientos y servicios públicos que una ciudad como esta necesita", explicó.

Según el arquitecto hasta que no haya un análisis pormenorizado no se podrá determinar el tipo de medidas a adoptar con respecto a estas actuaciones, y admitió que la normalización va a requerir un esfuerzo mayor, no solo por parte de los planificadores sino también de todos los agentes sociales. La comisión bilateral Ayuntamiento-Junta de Andalucía se reunirá mañana para elaborar y aprobar una metodología de trabajo y concretar las condiciones del planeamiento. En cuatro meses se presentará un documento de preavance y siete meses después se someterá al pleno la aprobación inicial del texto.

Yagüe aseguró que el fin del nuevo PGOU será "posibilitar el desarrollo urbanístico del municipio mediante un crecimiento ordenado y el máximo respeto al medio ambiente", dos hechos ausentes en los anteriores documentos elaborados por el GIL.

Este desarrollo se basará, según Yagüe, en un crecimiento turístico residencial de baja densidad y de densidad media-alta en los núcleos urbanos, que permita además la construcción de viviendas protegidas.

La regidora leyó un decálogo de sugerencias y objetivos para el equipo redactor, que pasan por resolver las deficiencias en equipamientos e infraestructuras básicas.