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Columna
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Caballos

Se equivocó Pepe Caballos, se equivocó la paloma y aunque quiso volar alto, no fue posible. Caballos no midió sus fuerzas, ni tampoco quiénes le podrían seguir en una estrategia suicida. Puestos a hacer números, Caballos puede mover el 20% de la militancia de la todopoderosa agrupación socialista sevillana, pero nada más. Después del congreso regional del PSOE andaluz, el poder de Caballos puede ser aún menor. Cuando Caballos quiso dar marcha atrás, Chaves y su núcleo duro (Pizarro, Perales) ya habían sentenciado lo que hoy se cuece en el congreso de los socialistas andaluces. Caballos tiene el futuro que quiera Manuel Chaves.

A Manuel Chaves no le gustan que le echen el aliento en el cogote y sentirse vigilado por la espalda. Caballos quiso ser el Arzallus sevillano, moviendo hilos y voluntades, sacrificando amistades y cerrando falsas heridas y controlando el poder sin mojarse y la operación no le ha salido bien, sino todo lo contrario. Pocos niegan el papel de Caballos en el socialismo sevillano y andaluz y por eso es menos entendible que se lanzara al ruedo sin saber quién manda en la plaza. Incluso llegó a repartir orejas (cargos) entre sus más próximos. A Caballos nadie le va a negar su legendaria lucha por derrotar una y otra vez a la derecha en la provincia sevillana. Por eso es aún más extraño la perra que cogió y aún más que parte de sus acólitos recriminaran, de forma falaz, que la Junta, o sea Chaves, tenía a Sevilla sin las inversiones adecuadas.

Los nuevos tiempos le han cogido con el paso cambiado. Pepe Caballos, como lo fuera años ha José Rodríguez de la Borbolla, es político de partido. Un machaca de partido, necesario en toda organización, pero que cuando hay que retirarse a los cuarteles de invierno, se hace sin levantar algaradas o peleas entre vecinos. Como hiciera en su día Rodríguez de la Borbolla.

Sabe, además, Caballos que las cuotas territoriales empiezan a no mover las aguas del molino socialista y sabe, además, que Manuel Chaves no aceptaría presiones de nadie. Y Caballos sabe que Chaves tiene manos libres para hacer la ejecutiva que quiera. Se equivocó la paloma, se equivocó el halcón.

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