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Grandes colas y malos escalones

"Por favor, una vez emitido su voto agilicen al máximo su salida", rogaba por el altavoz una monótona voz femenina. En la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, en un pabellón que hoy empezarán a derruir, familias enteras con los padres vestidos de zidanes y los niños de pavones se aglomeraban con parejas de todas las edades. Eva, con un tatuaje del escudo del Madrid en el hombro derecho y su bebé Samuel -socio desde que nació- en su silleta, esperaba en la puerta a su marido, José Javier Bragado de 30 años. "Lo único malo es la salida, que queda un poco lejos", explicaba él encantado.

"Está todo muy bien organizado", apuntaba Pilar Velasco, socia desde hace más de 11 años. "Ha sido coger la papeleta y meterla en la urna", añadía antes de emitir sucintamente una queja. Ella, como otros 11.000 socios, ya había votado por correo: "Era necesario estar aquí para ratificar nuestra opinión después de todas las habladurías", explicaba en referencia a la polémica del voto por correo levantada por Lorenzo Sanz y Arturo Baldasano. "Lo que es una lástima es que se haya subestimado el voto por correo; mi hijo vive en Canadá, la chica en Tarragona y mi marido es médico y está de guardia; todos han votado por correo porque no pueden venir", apuntaba otra madridista.

"Lo de Sanz es una vergüenza. ¡Pues claro que he votado a Florentino! ¿A quién iba a votar? Los otros son unos golfos", decía sacando pecho el socio 12.355, Amador Míguez. "Aunque bueno, Baldasano es distinto", matizaba. Como él, todos los socios preguntados respondían la misma cantinela. Todos, salvo Félix Pérez, de 94 años y carné de socio número uno: "es la primera vez que voto", reconocía. ¿Y por quién se ha decantado?, le preguntaban rodeado de micrófonos. "Se lo diré en la próxima votación, dentro de cuatro años". Tras la dosis de picardía, Félix se alejaba sonriente. No como otros cinco socios veteranos que por cinco veces rodaron escaleras abajo. "Es que hay un escalón más estrecho y más alto", explicaba una de las agentes de seguridad del Raimundo Saporta."Podían habernos facilitado la entrada a los mayores, solo por haber venido con este calor", apostillaba el socio Carlos García de 74 años.

Las aparatosas caídas no impedían el fluir de madridistas. Tanto que la organización decidió alargar el plazo de votación hasta las nueve de la noche. "Por decisión de las tres candidaturas, que lo creen beneficioso para el club y un derecho fundamental de los socios", explicaba el delegado de prensa Manuel Redondo.

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