Un coche adaptado a los neumáticos
Ferrari adecuó su aerodinámica delantera a Bridgestone y desde la primera carrera no tiene rival ni en seco ni en mojado
"¿Cómo es posible que en cuestión de meses Bridgestone haya mejorado de forma tan sustancial su comportamiento en seco?", le preguntaron a Hirohide Hamashima, director técnico de competición de la marca japonesa de neumáticos. Estaba en una cena informal con algunos periodistas en Silverstone, y Hamashima sonrió. Por su proceder, parecía que le interesaba esconder los secretos de una parte importante del éxito que ha permitido a Michael Schumacher ganar 10 carreras de las 11 que se llevan disputadas y a Ferrari realizar seis dobletes. Pero entonces, cuando se suponía que guardaría silencio, habló. "Durante el invierno estuvimos realizando alrededor de 17.000 kilómetros de pruebas para desarrollar nuestros neumáticos", comenzó a explicar. "Es evidente que hemos mejorado nuestro producto tanto estructuralmente como en el diseño. Sin embargo, la razón fundamental del evidente progreso que se ha producido es que Ferrari se ha implicado de forma sustancial y ha cambiado su aerodinámica delantera para adaptarla a las características de nuestro neumático". Hacía ya algún tiempo que los responsables de Bridgestone les decían a los ingenieros de Ferrari que debían conseguir más presión aerodinámica en la parte delantera del coche para lograr el máximo rendimiento de las gomas: "Había que integrar el neumático en el proyecto global del coche. Y al final lo hicieron".
La marca japonesa preparó en sólo 40 días una goma exclusiva que ha resultado muy fiable
Fue el resultado de la dedicación casi exclusiva de Bridgestone a Ferrari, el único equipo realmente importante al que calza este año. La prueba de fuego se produjo justo una semana antes del inicio del Mundial en Melbourne, el pasado mes de marzo. Existía preocupación en Maranello porque en las pruebas que habían realizado conjuntamente con equipos de Michelin durante la pretemporada, las cosas no estaban funcionando. "Ellos son mucho más rápidos", había confesado en círculos íntimos el brasileño Rubens Barrichello. Sin embargo, cuando aquella semana llegaron a Imola, las dos partes habían hecho su trabajo: Bridgestone aportó un neumático completamente nuevo de última generación y Ferrari había cambiado la suspensión delantera, modificado su aerodinámica en esta parte del coche y logrado más down force en la parte delantera.
"El resultado fue explosivo", confesó Hamashima, esbozando una gran sonrisa y llevándose la mano al corazón. "Fue el turning-point, el punto de inflexión. Y a partir de entonces pudimos respirar todos tranquilos". Los tiempos que Ferrari realizó aquella semana en Imola fueron estratosféricos. Superaron a todos los demás equipos y fue el primer aviso serio de lo que iba a llegar. "Habíamos visto durante el invierno las mejoras de Michelin. Y entonces nos concentramos en proyectar un nuevo neumático. Lo hicimos en 40 días. Acertamos".
Ahora Bridgestone, que invierte unos 100 millones de euros anuales en la fórmula 1, admite que Michelin tiene un neumático más veloz en su primera vuelta, pero que luego sufre un descenso importante y recupera progresivamente su fiabilidad. En cambio, el producto japonés es menos rápido al principio, pero mantiene las mismas constantes durante muchas vueltas. Y sobre mojado sigue siendo el mejor. "Trabajamos para un solo gran equipo y eso nos permite concentrar mucho más nuestros esfuerzos", indica Hamashima, que no cree que la fórmula 1 opte finalmente por un solo proveedor de neumáticos, como comentó hace unos meses Bernie Ecclestone, el hombre que marca las pautas: "Nosotros ya estuvimos en esta situación. Y no nos interesó, tanto por cuestiones de mercadotecnia como porque hubo excesivos recelos entre los equipos".
Cuando el Mundial comenzó en Australia, Bridgestone había hecho su trabajo. Y en el momento en que concluyó la primera carrera, con los Ferrari de Schumacher y Barrichello en la primera línea de la parrilla y copando las dos primeras posiciones del podio, el legendario piloto británico Jacky Stewart le dijo al periodista brasileño Livio Oricchio, especialista en fórmula 1: "El Mundial ha concluido". Y no se equivocó.
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