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Reportaje:

Formica, más allá de la cocina

La multinacional tiene dos plantas en España y apuesta por la construcción y el diseño

Formica entró en España bajo licencia en 1946 en la planta Ceplástica en Galdakano (Vizcaya). Pero el gran salto lo dio con el desarrollismo cuando compró la planta y convirtió su laminado en el producto deseado de todas las amas de casa para sus cocinas. Ahora, Formica SA (100% Corporation Formica) ha absorbido la filial francesa y cuenta con dos plantas en España. Con unas ventas de 82,8 millones de euros y un Ebitda de 10,9 millones, está metido de lleno en el diseño y la arquitectura con la digitalización de imágenes y con pedidos a la carta.

En su apuesta por el diseño, Richard Rogers presidirá este año la entrega de premios de su concurso anual para jóvenes arquitectos
Formica, que cuenta con dos fábricas en España, reparte su negocio en dos segmentos: decoración construcción e industrial

Formica Corporation tiene su sede en EE UU y se fundó en 1913, aunque el boom de su producto se produce tras la Segunda Guerra Mundial. En EE UU de los seis millones de viviendas que se construyeron entre 1945 y 1952, dos millones utilizaron el laminado de Formica en sus cocinas. El pasado año en todo el mundo se vendió por valor de 658 millones de dólares con un ebitda (beneficios antes de intereses, impuestos y amortizaciones) de 53 millones de dólares (ver gráfico). Formica es propiedad de dos fondos estadounidenses: Cerberus y Oak Tree.

El laminado se realiza con varias capas de papel y resinas. Alfonso Inchausti, consejero delegado de Formica, SA, la filial española de la que dependen también Francia y Portugal, reconoce que llamarse Formica en España es una ventaja, porque la marca se ha convertido en el material, y una desventaja porque hay una asociación histórica a las cocinas del desarrollismo. "En todo caso, la marca es el 50% de nuestro valor", indica Inchausti, quien asegura que la F de su logo es uno de los diez más conocidos del mundo. Hoy la empresa, que cuenta con dos fábricas en España, -hay 15 en todo el mundo-, reparte su negocio en dos segmentos: decoración-construcción e industrial. En volumen de producción el primero representa el 40% del negocio, pero en margen el 60% y en cifra de negocio van al 50%. El sector industrial es donde se encajan las cocinas y es donde otras empresas les hacen mayor competencia. Su apuesta es la construcción donde pueden realizar "productos de mayor valor añadido".

Formica, SA absorbió hace un año su filial francesa y la planta de Albal (Valencia), que era de la competencia. Desde España, donde cuenta con 620 trabajadores, se suministra a 35 países de Europa, norte de África y el Mediterráneo. El 50% de la producción va directamente al exterior.

"El futuro pasa por ir a series más cortas y fabricar bajo pedido, personalizar el producto", señala el director de marketing, Alberto Céniga, tras recordar que tienen cerca de 900 referencias. Al año reparten 3.000 catálogos de productos en España, Italia y Portugal en visitas personalizadas a arquitectos y decoradores. Esta estrategia la acompañan con dos concursos, uno para diseñadores, y otro para arquitectos recién licenciados o estudiantes de últimos cursos. Este último en su última edición cuenta con el asesoramiento de Oriol Bohigas y se han presentado 200 proyectos de 17 escuelas de arquitectura. Este año acudirá a la entrega de premios el arquitecto del Centro Pompidou de París, Richard Rogers.

Además del laminado tradicional, que recubre paneles de otros materiales, Formica realiza un laminado grueso que utiliza tanto para muebles como para exteriores y que lo mecaniza el propio cliente. Sobre todos sus productos, con el nuevo sistema de digitalización, se puede estampar cualquier imagen. El primer metro cuadrado de producto costaría unos 200 euros, pero los sucesivos 30, aunque siempre depende de las cantidades. El 45% de los laminados de Formica tienen como destino la cocina, el 30% la construcción, el 10% los suelos y el 15% restante es tablero grueso.

Como prueba del éxito del producto señalan en Formica que arquitectos como Rafael Moneo lohan utilizado en edificios como La Maternidad de O'Donnell en Madrid, diseñadores como Javier Mariscal lo van a utilizar en un hotel en Madrid o que el Real Madrid lo usa en los vestuarios del Santiago Bernabeu y lo utilizará en la nueva ciudad deportiva. En septiembre el artista vasco Jon Cortegoso, presentará un mosaíco de fotografías que reflejarán el Museo Guggenheim, y usará el laminado como soporte.

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