Globo contra los incendios
El Centro de Defensa Forestal de Aznalcóllar es uno de los más avanzados de Andalucía
"La mejor noticia sería que no hubiera incendios". José del Valle, delegado en Sevilla del Gobierno andaluz, abogó ayer en el Centro de Defensa Forestal de Aznalcóllar por potenciar la "prevención" para así evitar que las altas temperaturas vuelvan a provocar que el fuego arrase el campo andaluz un verano más.
La Junta de Andalucía ha puesto en marcha una campaña para intentar concienciar a los ciudadanos de la importancia de la prevención y de la colaboración de todos. Durante todo el verano, un globo aerostático sobrevolará la región con el lema La Naturaleza está en tus manos. Si ves llamas, llama al 112. Además de este vuelo cautivo, la campaña incluye una representación teatral, pasacalles y juegos para concienciar a los más pequeños. La Junta también ha editado una guía en la que se explica cómo se pueden reducir los riesgos y cómo se debe actuar cuando se detecta un incendio.
Brigadas contra el fuego
El viento, la humedad y la pendiente del terreno. La conjunción de estos tres factores hace que una chispa en el campo pueda ser un simple conato o un gran incendio, como el que arrasó la semana pasada 800 hectáreas en Huelva y Sevilla. Los integrantes de las brigadas de Refuerzos Forestales de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Brica) son los encargados de controlar estos tres factores, cuando se desencadena un incendio, y de intentar apagarlo.
El proceso casi siempre es igual. En el Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de Madroñalejo (Aznalcóllar, Sevilla), uno de los 20 que están repartidos por toda la comunidad, se recibe una llamada de alerta. Rápidamente, los miembros de la Brica cogen sus herramientas y se lanzan al interior del Bel-412. Juan Leal, el comandante del helicóptero, es el encargado de transportar a la brigada: "Lo más complicado es llevar a los hombres hasta el incendio, posar el aparato". Poca visibilidad, cerca de 50 grados de temperatura y, en muchos casos, terrenos más que escarpados.
Vuelos de extinción
Pero aquí no acaba el trabajo del comandante Leal. Una vez que ha dejado a los componentes de la Brica -hasta 12 pueden viajar en este aparato con dos horas de autonomía- vuelve a remontar el vuelo. Esta vez, lo hace con una cesta en la que se pueden cargar hasta 1.300 litros de agua mezclada con un líquido retardante. Después de localizar el pantano más cercano, el aparato realiza una y otra vez la misma maniobra. Se abastece de agua, se posiciona unos pocos metros por encima del incendio y suelta el agua. "Lo peor son las turbulencias fuertes, aunque nosotros volamos a poca altura y los cables también son peligrosos", explica Leal, quien lleva cinco años dedicado a la extinción de incendios y ya ha trabajado en Castilla y León, Valencia, Extremadura...
Mientras el helicóptero hace su trabajo en el aire, en tierra, en la vanguardia, los miembros de la Brica intentan que las llamas no se extiendan. Con el apoyo de los camiones autobomba intentan parar el fuego a golpe de rastrillos, mangueras y explosivos. Las bombas controladas crean zonas por las que es difícil que el fuego avance.
Ayer, en el Centro de Defensa Forestal de Madroñalejo, que se ocupa, sobre todo, de la zona occidental de Andalucía, algunos de los Brica realizaron una simulación ante el delegado del Gobierno andaluz en Sevilla, José del Valle. También asistieron el resto de integrantes del Consejo Asesor del Plan Infoca 2004. El plan de este año está compuesto por casi 4.000 hombres y mujeres, 109 vehículos autobomba, diez aviones y 23 helicópteros. Además, cuentan con el apoyo de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía
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Después de la exhibición, José del Valle elogió el Cedefo de Aznalcóllar: "Éste es uno de los centros punteros junto al de El Pedroso (...) Tiene un nivel profesional muy alto y los medios técnicos más avanzados".
En el Cedefo de Madroñalejo trabajan a diario casi 100 personas -entre brigadistas, retenes de especialistas y técnicos-. Además, dispone de dos camiones autobomba, dos helicópteros y un vehículo que se encarga de las comunicaciones y el seguimiento de las condiciones meteorológicas en la zona del incendio. Andrés Frechella, el encargado de este vehículo, cuenta que esta es una de las piezas claves en la extinción porque es "el enlace para todo el equipo que está trabajando". Además, gracias a la tecnología, se puede estimar qué dirección puede tomar las llamas, algo que resulta fundamental a la hora de ubicar los cortafuegos que realizan los miembros de la Brica, la vanguardia de la extinción de incendios.
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