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Chaves comunicó hace dos meses a Caballos que no iba estar en la ejecutiva regional de 'número tre s'

La dirección andaluza pospone las negociaciones hasta la reelección del secretario general

Lourdes Lucio

El portavoz parlamentario y referente de los socialistas sevillanos, José Caballos, sabía desde hace dos meses que no iba a formar parte de la nueva comisión ejecutiva regional que surja del 10º congreso, ya que así se lo hicieron saber el líder del PSOE andaluz y presidente de la Junta, Manuel Chaves, y el secretario de Organización, Luis Pizarro. De ahí que la reacción del político sevillano y todos los pasos que está dando en la agrupación sevillana se contemplen con sorpresa por la dirección y haya dado origen a diversas especulaciones sobre lo que pretende el portavoz. La dirección regional ha pospuesto cualquier negociación hasta el mismo congreso, que se celebrará en Granada del 15 al 17 de julio.

José Caballos "no entra en el modelo" de ejecutiva que está diseñando Manuel Chaves, que quiere tener un margen suficiente para hacer el equipo que considere adecuado para la próxima etapa. Esta idea se la trasladaron el secretario general y el responsable de Organización al portavoz parlamentario con bastante antelación a la celebración de los congresos federal y regional, cuando Caballos expuso sus aspiraciones -que, por otro lado, todas las personas consultadas consideran legítimas- de volver a ser repuesto en la ejecutiva regional como número tres del partido.

Caballos dejó de ser el secretario de Política Institucional por decisión de Manuel Chaves, quien suprimió ese área para hacer más digestible la salida del político sevillano como miembro electo de la ejecutiva, una decisión que se tomó con el fin de visualizar la conexión con el cambio tranquilo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Incluso dos días antes del 36º Congreso Federal, celebrado la semana pasada, Caballos volvió a insistir en una reunión celebrada en el Parlamento en sus pretensiones y la respuesta negativa fue la misma. Fue entonces cuando en el cónclave federal planteó sin éxito entrar como vocal en la ejecutiva federal. Y ha vuelto a perseverar en una tercera ocasión: el pasado miércoles cuando almorzó con Luis Pizarro en Sevilla -un encuentro que no desbloqueó la situación-, tras unas polémicas declaraciones en las que advertía a Chaves que tuviera en cuenta el peso de su agrupación y expresaba su malestar por el encaje de ésta en la dirección federal.

En esas tres conversaciones no se le dejó abierta ninguna puerta que pudiera alimentar sus expectativas de regreso, según indican fuentes conocedoras de las mismas, que estiman que "cualquier vuelta atrás es plantear una rectificación" a la decisión que tomó Chaves hace cuatro años.

De ahí que todos los pasos que ha dado Caballos, quien controla la mayoría del PSOE de Sevilla aunque no tienen ningún cargo orgánico en su ejecutiva, de presionar en ese sentido esté siendo visto por la dirección regional y el resto de las ejecutivas provinciales como un pulso al líder del partido.

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Depende de quién sea el interlocutor la situación se ve al punto de la ruptura o al borde del arreglo, pero lo que está claro es que van a hacer falta buenos orfebres políticos para recomponer una situación que a seis días del congreso está desecha.

Desde la dirección regional se hizo saber ayer que no va a haber negociaciones con la provincial hasta que Chaves sea elegido secretario general en votación separada el próximo viernes, un anuncio que provocó "la estupefacción" y "el desagrado" de la ejecutiva provincial, cuando el "estilo y el talante" de los socialistas sevillanos es el del diálogo, afirmó un destacado miembro de la dirección de Sevilla.

En este sentido, la ejecutiva provincial puso a circular ayer un escrito de apoyo a Manuel Chaves con la intención de trasladar el mensaje de que no hay ningún envite al secretario general, sino que son "otros" los interesados en poner obstáculos. "No tenemos ningún problema con Chaves ni él con nosotros, tampoco. Está claro que el problema esta en otro sitio".

El documento, firmado por 150 personas que acumulan dos centenares de cargos orgánicos e institucionales, no calmó las aguas, sino todo lo contrario. Colaboradores de Manuel Chaves trasladaron el mensajó claro de que el documento es "una irresponsabilidad" al poner en tensión a toda la organización. "Detrás de eso lo que hay es un mensaje de hacer ver cuánta gente hay detrás de José Caballos. Es un cambio táctico, pero en el fondo lo que hay es el mismo discurso de que él tiene que ser el tercer hombre".

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