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Reportaje:EXCURSIONES | La Ribera de Jabugo

Camino de cuento de hadas

Un sendero frecuentado por turistas mantiene unidos a dos pueblos del Parque Natural de Aracena (Huelva)

Con las condiciones adecuadas un sendero común y transitado en mitad de un paraje de sierra puede llegar a convierse en un lugar misterioso y oscuro, como los descritos en los cuentos para niños. Caminos que se rinden aunque no quieran a una vegetación que forma, en algunos de sus tramos, túneles estrechos de ramas y arbustos que apenas dejan pasar la luz del sol.

Una de estas rutas es la que une de norte a sur Galaroza y El Castaño del Robledo, dos pueblos de la zona centro del Parque Natural de la Sierra de Aracena (Huelva). El camino discurre paralelo a la Ribera de Jabugo, un área húmeda de arroyuelos en torno al río Múrtiga, que alberga paisajes de álamos negros, alisos, fresnos, sauces, alcornoques, encinas, castaños y avellanos.

"Nosotros sólo lo usamos para ir a las verbenas de Galaroza de julio y para las fiestas del Huevo de Bollo en Pascua", dice Remigi Illi, un adolescente nacido en Suiza, hijo de emigrantes de El Castaño que buscaron en el país alpino una vida mejor. "La verdad es que normalmente por ese camino sólo pasan las excursiones de guiris que se organiza en Galaroza". Y no sólo de guiris pues, lo bien señalizados que se encuentran los caminos indican su habitual uso por los senderistas todo el año.

A poco de comenzar, la ruta topa con el riachuelo que la acompañará todo el camino. El curso de agua está abrigado por altos chopos que acogen a aves insectívoras como las currucas, los ruiseñores o los zarceros. Y sin duda deben de ser pájaros muy bien alimentados. Nubes de insectos de todos los tamaños zumban insistentes en las orejas del visitante y de vez en cuando le aguijonean.

La sequía estival está pasando factura y deja inútil el pequeño y desvencijado puente de cemento, de casi dos metros de altura, que lo cruza. Unas cuantas piedras sirven para saltar a la otra orilla sin mojarse los pies. Se dejan atrás zonas de huertas de melocotoneros, cerezos y manzanos que dieron cierta fama a Galaroza en el pasado. En los trechos del camino que se acercan más al arroyo, el sendero se angosta y los arbustos de quejigo, coscoja, retama loca o espino se elevan hasta formar una boveda cerrada que obliga al caminante a agacharse para seguir la senda. Tras cruzar alguno de estos cerrados tramos se encuentran casas habitadas y bien cuidadas. "A alguna gente que no es de por aquí le gusta vivir así, apartados en la naturaleza", afirma uno de los amigos de Remigi, en la plaza de El Castaño. Es cierto, cada vez más extranjeros, en especial ingleses, compran fincas de la zona para instalarse en zona alejadas.

Una cuesta pronunciada sube al caminante hasta el cerro donde se ubica el pueblo de Remigi y su pandilla. El paisaje es más agreste y árido. Ahora las dehesas de encinares y alcornocales sustituyen a la flora de ribera. Cambian los olores y los sonidos. Los responsables son las piaras de cerdos ibéricos que nos dan la bienvenida. Estos animales fueron en el pasado llevados regularmente a Galaroza por el camino que se acaba de terminar. Antes de que éste se convirtiera en un sendero por el que ya no pasan cerdos sino personas.

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Iglesia inacabada

- Dónde. La autovía de la ruta de la Plata lleva desde Sevilla hasta la venta del Alto. Desde allí sale un desvío hacia la N-433 que conduce a Aracena y a Galaroza. A la altura del hostal Venecia se encuentra una calleja flanqueada por muros de piedra en la que un panel nos anuncia el comienzo del sendero que discurre hasta El Castaño del Robledo.

- Qué ver. Galaroza tiene un gran patrimonio arquitectónico. Destacan las ermitas de Santa Brígida y la del Carmen. La primera es de finales del siglo XIII y fue construida por los primeros repobladores cristianos. La segunda acoge a la imagen de la patrona de Galaroza, una Virgen del Carmen encinta atribuida a la escultora del siglo XVIII Luisa Roldán. El Castaño del Robledo, una aldea de 200 habitantes, esta coronado por la Iglesia inacabada, un edificio que debió haberse terminado en el siglo XIV y que en un segundo intento en el XVIII tampocó se logró finalizar su construcción.

- Senderos alternativos. Hacia la mitad del sendero de la Ribera de Jabugo se encuentra un desvío que lleva directamente al pueblo de Jabugo. Partiendo desde El Castaño sale una vía rural de 5 kilómetros hacia Alájar entre campos de olivares de montaña salpicados de encinares. Este paisaje da paso luego a uno de bosques fríos y espesos más parecidos a los del norte de España.

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