Sophia de Mello Breyner Andresen, escritora portuguesa
Murió uno de los más importantes nombres de siempre de la poesía portuguesa: Sophia de Mello Breyner Andresen. Para los portugueses era, simplemente, Sophia. Un nombre que, en Portugal, es sinónimo de claridad, belleza, libertad. Y que traduce el cariño con que sus lectores la trataban. Fue, además, una forma de consagración en vida. Simplemente Sophia, como Pessoa es, simplemente, Pessoa.
La escritora falleció a los 84 años, el pasado 2 de julio, en un hospital de Lisboa donde estuvo ingresada dos semanas. Dejó 37 obras publicadas, entre poesía, prosa, literatura infantil y ensayo, además de numerosos poemas y textos dispersos. Fue también traductora al portugués de autores como Dante, Claudel, Shakespeare o Eurípides. Al francés tradujo obras de Pessoa y Camões.
Una obra cuya excelencia fue reconocida en docenas de prestigiosos premios literarios y otras distinciones. Recibió tres condecoraciones de la República portuguesa y ganó el premio máximo de las letras lusas, el Premio Pessoa, en 1999. En 2003 fue Premio Reína Sofía de Poesía Iberoamericana.
Más allá de los premios, hay también el reconocimiento de sus muchos lectores y la admiración de quienes la conocieron. Todos elogian la obra, pero se confiesan también arrebatados por la mujer que era Sophia, "una princesa de cuento de hadas" por quien "todos sus amigos estaban, de una o otra forma, enamorados", según Eugénio de Andrade, otro gran poeta portugués. Tenía "una elegancia sin mácula", afirmó el presidente Jorge Sampaio el día de su muerte. "Murió una gran poetisa, probablemente el mayor poeta de lengua portuguesa", añadió.
Sophia nació en Oporto, en 1919. La familia de su madre tenía origen aristocrático, mientras su padre descendía de un dinamarqués que se instaló en Oporto para hacer fortuna con los famosos vinos de la ciudad. Estudió Filología Clásica, pero nunca terminó el curso. Casó con el abogado y periodista Francisco Sousa Tavares y tuvo cinco hijos.
Empezó a escribir poemas con 12 años y publicó su primer libro con 25. Su poesía de entonces ya contenía los ingredientes que después marcaron toda su obra: la simplicidad de las palabras, el deslumbramiento con la naturaleza, el mar -que era su reino-, la Grecia antigua. Su mundo era el Mediterráneo.
Además de artista, Sophia fue también una luchadora contra la dictadura de Oliveira Salazar, que acabó en 1974 con la revolución de los claveles. "Ésta era la madrugada que esperaba. / el día inicial entero y limpio", escribió la poetisa sobre el mítico 25 de abril portugués. "La poesía está en la calle", dijo ese mismo día. Son suyos los más bonitos poemas sobre la revolución.
Entre 1975 y 1976 fue diputada socialista en el Parlamento portugués, que elaboró la primera Constitución lusa en democracia. Aprobado el texto abandonó el Parlamento, sin nunca abandonar sus causas: la libertad y la justicia. Siguió siendo militante del Partido Socialista e intervino públicamente siempre que consideró necesario. La lucha por la independencia de Timor Occidental y el fin de las minas antipersona fueron algunas de las causas por las que luchó.-
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