Los 'torrestrellas' reniegan en el primer encierro de su tradicional rapidez
Ocho corredores fueron atendidos ayer por contusiones leves
La ganadería de Torrestrella abrió ayer los encierros de las fiestas de San Fermín de este año. Con sólo cinco toros, ya que los veterinarios rechazaron varios ejemplares presentados por el hierro gaditano, los erales plantearon una carrera limpia, emocionante y no demasiado rápida para lo habitual de este encaste, históricamente uno de los más veloces de la feria.
Los cabestros llevaron el peso de la carrera todo el recorrido, manteniendo la manada agrupada desde la cuesta de Santo Domingo hasta Mercaderes. Precisamente en dicha cuesta se produjeron los únicos intentos de cogida por parte de dos animales, que limpiaron la acera izquierda con sus derrotes y propinaron un fuerte varetazo en la espalda a un corredor.
La nobleza de los astados unida a la poca presencia de corredores determinaron un encierro sin heridos de consideración
Ya en la esquina de Mercaderes con Estafeta, un toro resbaló y generó cierta incertidumbre, pero pronto se reincorporó a la marcha. En Estafeta, la calle más larga del recorrido, el grupo se estiró mucho y llegó a fragmentarse en la recta de Telefónica y el callejón del coso. En cabeza se situaron tres cabestros y un toro, seguidos por otro grupo de un manso y tres astados y, al final, un toro suelto que entró limpiamente en corrales muy bien levado por los mayorales.
La nobleza de los astados, que apenas derrotaron hacia el vallado, unida a la poca presencia de corredores, muy atentos al estado del adoquinado tras una noche de abundantes lluvias, determinaron un encierro sin heridos de consideración. Ocho mozos requirieron la atención de los servicios médicos, cinco de ellos de nacionalidad extranjera, y ninguno herido por asta de toro.
Los heridos de mayor consideración fueron el portugués Carlos da Silva, de 24 años, con traumatismo craneal; los norteamericanos Augusto Wells, de 25 años, con una fuerte contusión en la rodilla, y David Michael Barret, de 27 años, atendido por un golpe en el pie, y el surafricano de 45 años Brett Hopkins, con una contusión torácica. El resto de heridos, entre ellos los mozos de Pamplona Guillermo Guillén, de 40 años, y José María Pérez, de 44, fueron tratados de diversos traumatismos leves.
En los dos minutos y medio de carrera, los torrestrellas se deshicieron de su fama de peligrosos y contradijeron las estadísticas que los situaban, junto a los miuras, como una de las ganaderías más temidas por los corredores.
En sus últimas ocho visitas a sanfermines, los toros gaditanos han herido por asta a 21 corredores y generado situaciones de mucho riesgo con toros descolgados y muy violentos. En esta ocasión resultaron bastante timoratos.
Pese a alguna larga y limpia carrera de los mozos en Estafeta, el encierro no resultó brillante por las condiciones del piso. Ello desvió la atención de cámaras y corredores al ex baloncestista norteamericano Denis Rodman, que corrió para recaudar fondos en la lucha contra la esclerosis múltiple. El extravagante y polémico jugador no se acercó a la manada y se mantuvo a la distancia justa para entrar en el encuadre de las cámaras sin tener que sentir el aliento de los toros en su espalda. Con él corrieron otros deportistas norteamericanos.
Para esta mañana está programada la presencia de la ganadería de Cebada Gago y ya se espera una mayor afluencia de corredores de cara al fin de semana.
Babelia
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