Los lores británicos ilegalizan las palizas a los hijos pero aceptan los bofetones ocasionales y sin secuelas
La Cámara de los Lores británica votó ayer a favor de convertir en delito el uso de la fuerza para castigar a los hijos pero aceptó que ocasionalmente se les puede dar un bofetón, siempre que no cause a los niños "moratones, enrojecimiento o daño mental". Esta decisión era muy esperada en el Reino Unido porque, aunque no es vinculante, marca la línea de lo que sucederá cuando se vote en la Cámara de los Comunes este proyecto de ley de la Infancia.
El texto original, elaborado para recoger las recomendaciones de los servicios sociales tras un polémico caso de muerte por maltrato de una niña, ilegaliza, en principio, todo tipo de castigo físico a los hijos. Pero esta prohibición total había generado un encendido debate en el país entre los partidarios de tal opción y los que piensan que se criminalizaría a los padres por una simple bofetada.
Un parlamentario del Partido Liberal Demócrata, Lord Lester, dio con la solución y propuso una enmienda que reserva a los padres el derecho a pegar a sus hijos moderadamente sin que ello sea delito, con la condición de que no les deje secuelas físicas ni psíquicas. Una mayoría de 226 lores votó a favor de esta enmienda, frente a 91 que se opusieron.
Los partidarios de prohibir todo castigo físico a los hijos adelantaron que seguirán su campaña en los Comunes.
La enmienda de Lord Lester también elimina una definición que existe en la ley británica desde 1860 y que permite a los padres infligir "un castigo razonable" a los menores, lo que a menudo esgrimen como defensa las personas que maltratan a los críos. El voto de ayer en los Lores ha demostrado que el desacuerdo existe en las filas de todos los partidos, incluido el laborista.
La posición del Gobierno, expresada por un portavoz del primer ministro, Tony Blair, es que hay que buscar "un equilibrio entre el derecho de los padres a la disciplina y la protección de los niños". "No queremos criminalizar a los padres, así que nos oponemos a la prohibición total", agregó. Aunque esa era la posición oficial, los diputados tenían voto libre y algunos laboristas votaron a favor de la prohibición total.
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