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Reportaje:

"Ya alimenté bastante mi ego"

Carlos Bianchi deja el banquillo del Boca Juniors decepcionado por la sangría de jugadores y cansado de sus directivos

El mítico entrenador del Boca Juniors, Carlos Bianchi, de 55 años, de quien se decía que tenía "el número del teléfono móvil de Dios" y contaba con ayuda divina en los momentos decisivos, se quedó sin batería y renunció al cargo "por el bien del club", pese a tener contrato hasta final de 2005. El Boca, uno de los dos equipos más populares del país, cierra así el ciclo más importante de su historia. En casi cinco años alternos de trabajo, conducido por Bianchi, el Boca disputó 341 partidos y obtuvo el 63.64% de los puntos en disputa, conquistó cuatro Ligas, tres Copas de América, dos Intercontinentales, batió con 40 partidos invictos el récord del fútbol argentino que logró el Racing en la temporada 1965-66 y consiguió los éxitos más resonantes y recordados frente al River, su clásico rival.

El entrenador, que viaja hoy a Perú para comentar la Copa de América para una cadena de televisión, no quiso dar explicaciones a la prensa, con la que mantuvo siempre una relación distante porque se resiste a "entrar en polémicas". Anticipó su decisión en una entrevista a EL PAÍS a fines del pasado año, poco después de ser declarado "ciudadano ilustre" de Buenos Aires y antes de que el Boca, campeón de América, venciera al Milan en la final de la Copa Intercontinental. El entrenador del Boca dijo entonces: "hoy estoy más cerca de dejar de trabajar que de seguir como entrenador".

Aquella declaración sobresaltó al ambiente futbolístico pero no sorprendió a los íntimos. "Tengo 55 años, dos hijos, tres nietos...La vida es una sola. ¿Qué más? Ya me he dado bastantes gustos. El ego mío ya lo alimenté mucho, debe estar tirado en un rincón....No es nada grave. Pero hay cosas del fútbol que saturan. No el juego, pero hay otras cosas alrededor... ¿me comprende?", añadió Bianchi.

El traspaso del centrocampista Battaglia al Villarreal en un valor que estimaba inferior a su cotización, provocó en ese momento una de sus tantas discusiones con los directivos del Boca. A Bianchi, vendedor de periódicos en la calle, criado en un hogar humilde, formado como jugador en el Vélez Sarsfield que presidía el legendario dirigente don "Pepe" Amalfitani, consagrado luego como futbolista en Francia, le cuesta aceptar la sangría, el saqueo de jugadores y las nuevas reglas del negocio en el que se ha transformado el fútbol argentino, donde los jugadores se engordan y se venden o se compran a cualquier precio para que los intermediarios y directivos puedan seguir cobrando sus "comisiones" y justificando viajes y gastos.

El entrenador ya había renunciado por diferencias con el presidente Mauricio Macri y con los directivos del Boca a fines de 2001. En el 2002 fue reemplazado por el entrenador uruguayo Oscar Tabárez, pero el Boca no logró ningún título ese año a pesar de que gastó más dinero en comprar jugadores que durante la etapa anterior, y los hinchas exigieron su regreso Uno de los orgullos de Bianchi al repasar su trayectoria en el Boca, además de los títulos logrados, es la cuenta de resultados económicos a favor del club entre compras y ventas.

El conflicto detonó al fin como una bomba la pasada semana, antes de que el Boca disputara una nueva final de la Copa de campeones de América con el Once Caldas de Colombia. Los directivos, que daban por conseguido el título frente a un modesto equipo colombiano que sólo jugaba a defenderse, anunciaron las ventas de jugadores importantes de la plantilla y la incorporación de otros que el entrenador no había pedido. Pero el teléfono móvil se quedó sin batería. El Boca perdió por penaltis. Bianchi, decepcionado, agobiado además por el delicado estado de salud de su madre y de su hija, que se recupera de un infarto, tomó al fin la decisión.

El entrenador se reunió el domingo con el presidente, Mauricio Macri, en un tenso encuentro de quince minutos. "Me tenés cansado", le dijo Macri. "Y yo estoy muy cansado de ustedes", contestó Bianchi antes de marcharse. Los directivos del Boca se reunieron anoche para buscar un sustituto. El principal candidato era, hasta ayer, Miguel Brindisi, ex jugador del Huracán y de la UD Las Palmas, entre otros equipos, y entrenador del Espanyol hace dos temporadas y del Lanús la pasada campaña.

SCIAMMARELLA

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