La competencia desata una guerra en la industria automovilística China
Bajada de precios por la caída de demanda
China puede haberse convertido en el paraíso con el que soñaban las grandes compañías del automóvil para suplir el agotamiento de sus mercados tradicionales. Pero la aventura no está exenta de riesgos. Los descensos de precios que vive la industria desde hace tiempo en el gigante asiático se han intensificado en las últimas semanas, hasta tal punto que, según algunos analistas, han desembocado en un ambiente de guerra abierta de precios, originada por la creciente competencia y la ralentización de la demanda.
La restricción a la concesión de créditos impuesta por el Gobierno, con objeto de enfriar la economía y disminuir los impagados, y la esperanza de nuevos descensos de las tarifas han calmado la euforia compradora de un mercado que casi se duplicó en 2003, después de haber roto la marca del millón de vehículos por primera vez el año anterior. El pasado mayo, las ventas de coches cayeron un 19,4% respecto a abril, el segundo descenso mensual consecutivo. A pesar de todo, comparadas con mayo de 2003, subieron un 18,8%.
Rebajas
"Cada vez habrá más rebajas porque cada vez hay más competidores, que están lanzando muchos nuevos modelos. Hace tres años podíamos ver una ronda de recortes al año, ahora es cada seis meses o cada trimestre. Y esta práctica se va a convertir en norma", explica desde Shanghai Yale Zhang, de la consultora automovilística estadounidense CSM Worldwide.
Una norma que durará algún tiempo según Christopher Lee, analista de Standard & Poors en Hong Kong. "En China están las grandes multinacionales [como Volkswagen y General Motors], a las que les va muy bien y que dominan el mercado [junto con sus socios chinos]. Y luego existen las pequeñas compañías locales, con poca capacidad para lanzar y comercializar nuevos modelos y promocionar su marca", dice Lee. "Éstas son empresas cuya única arma es el precio. Muchas desaparecerán como consecuencia del proceso de consolidación del sector. Pero hasta que eso ocurra, la lucha de precios será intensa, especialmente en los segmentos medio y bajo". En China existen alrededor de 120 fabricantes automovilísticos.
Algunos grupos han mostrado su preocupación por la situación en el que según Jean-Martin Folz, presidente del grupo francés PSA Peugeot Citröen, "es con mucho el mercado más competitivo del mundo". "Todos están bajando los precios y eso tiene un límite, que espero que alcancemos tan pronto como sea posible", dijo Folz durante el reciente salón del automóvil de Pekín.
Las compañías extranjeras evitan hablar de guerra (un término que provoca rechazo en el sector), pero se han visto obligadas a entrar en un juego que ha arañado los generosos márgenes de que disfrutan en China. El primer fabricante del mundo, General Motors (GM), que tiene una cuota de mercado del 9,7%, anunció el pasado mayo una bajada de hasta el 11% en dos de sus modelos clave, el Buick Regal y el GL8. Un mes después,Volkswagen (VW), que controla el 28%, seguía el ejemplo y abarataba, entre otros, el Passat, el Santana, el Golf, el Gol y el Jetta. El descenso llega en algunos casos al 11,7%. El Passat cuesta ahora a partir de 204.500 yuanes (20.290 euros), frente a los 206.800 yuanes del Regal comparable.
Existencias
Según los expertos, tanto VW como GM pretenden con esta medida deshacerse de las existencias acumuladas. Para el grupo alemán, se trata simplemente de "incrementar la competitividad". "Nosotros no participamos en guerras de precios, ya que no es una solución a largo plazo", asegura Melanie Behrens, portavoz de la compañía en Pekín. La reducción de tarifas va destinada, afirma, "a devolver el favor a los consumidores chinos por sus muchos años de lealtad y apoyo".
Pese a la creciente competencia y la ralentización de la demanda, analistas y empresarios coinciden en la importancia de estar presente en la sexta economía del mundo, dadas las favorables perspectivas. "Durante los próximos cinco o 10 años, el crecimiento seguirá siendo muy fuerte. En 2004 rondará el 30% y después la media será de alrededor del 15% anual", dice Zhang. Lee vaticina un aumento de las ventas del 20% al 30% este ejercicio. "China sigue siendo el mercado que más rápido crece del mundo, y pensamos que aumentará a un ritmo relativamente continuo al menos hasta 2010", afirma Behrens.
La prueba es que sólo en los últimos ocho meses VW, GM, Ford y Toyota han anunciado inversiones conjuntas por valor de 10.000 millones de dólares. "Si ahora no inviertes en China, otro lo hará, y perderás la partida", dice Zhang. Y nadie está dispuesto a perder. General Motors, hizo públicos hace unos días el traslado de la sede de la región Asia-Pacífico de Singapur a Shanghai y la construcción (con un coste de 250 millones de dólares) en la capital financiera y económica china de la que será la mayor pista de pruebas con que cuenta fuera de Michigan. Y el grupo francés Renault, uno de los últimos en llegar al activo mercado chino, acaba de anunciar planes para fabricar 300.000 vehículos al año junto con su socio Dongfeng Motor.
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