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El delegado del Gobierno pone fin a las redadas contra inmigrantes

La policía sólo actuará si hay indicios de delitos

Punto final a las redadas policiales en los locales de ocio y diversión de los inmigrantes. El delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, ha ordenado a la Jefatura Superior de Policía el cese de este tipo de operaciones. La única excepción la marcará el que se tenga información previa de que en un determinado local o zona de reunión de extranjeros se mueven determinados criminales o que se trafica con droga, es decir, habrá un motivo concreto de delincuencia. Jamás volverán a hacerse con carácter disuasorio como hasta la fecha, según fuentes de la Delegación.

Constantino Méndez conoció el martes 22 de junio a través de EL PAÍS que la policía había efectuado la madrugada del domingo anterior una macrorredada en dos locales de la zona de copas Costa Polvoranca de Alcorcón. Los más de 120 policías que formaban el dispositivo (entre agentes antidisturbios, de la Brigada de Extranjería, de Seguridad Privada y de la comisaría de la localidad) se llevaron detenidos a 50 inmigrantes, en su mayoría magrebíes.

Todos ellos carecían de papeles para estar en España, por lo que se les incoó el preceptivo expediente de expulsión. Después todos quedaron en libertad. El delegado, que esa mañana visitaba por primera vez la Jefatura Superior de Policía de Madrid, retrasó su opinión al respecto hasta estudiar los datos de forma detallada.

Y ya hay reacción. A raíz de esa operación de Alcorcón, de la que no fue informado con carácter previo, el delegado ha prohibido esas redadas. Además ha ordenado al jefe superior de Policía, Miguel Ángel Fernández Rancaño, que le redacte un informe en el que le explique quién y por qué motivos decidió que debía de hacerse la redada de Alcorcón.

Fuentes policiales señalaron que Fernández Rancaño se encontraba en el extranjero en esas fechas, por lo que desconocía que iba a hacerse esa operación policial nocturna. En la misma participaron dos grupos de antidisturbios, lo que supone que unos 80 agentes armados con porras en las manos y con los cascos puestos en las cabezas irrumpieron en los dos locales de Costa Polvoranca.

Esta decisión inmediata de Constantino Méndez contrasta con la postura que siempre mantuvo su antecesor en el cargo, Francisco Javier Ansuátegui, quien se mostró a favor de estas macrorredadas contra locales y zonas de extranjeros.

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Ansuátegui siempre defendió que era una forma de luchar contra la delincuencia y de tener controlados a cientos de extranjeros sobre los que no había ningún control. El anterior ministro del Interior, Ángel Acebes (Partido Popular), señaló en el Senado el 19 de noviembre de 2003 durante una sesión de control al Ejecutivo que hacían falta "intervenciones policiales, firmeza y plantar cara a los delincuentes y a sus organizaciones delictivas".

En la réplica, el senador socialista Juan Barranco calificó la redada, en cambio, como "digna de Elliot Ness en el Chicago de los años veinte". Y es que la primera gran redada de las últimas fechas fue realizada la madrugada del sábado 25 de octubre del año pasado, justo un día antes de que los madrileños acudieran a las urnas para elegir el Parlamento regional, tras la espantada de los diputados socialistas María Teresa Sáez y Eduardo Tamayo.

Antecedentes

Ese día la policía detuvo en los distritos de Usera y Arganzuela a 49 inmigrantes sin papeles, la mayoría de ellos bolivianos, en lo que la Jefatura de Madrid calificó como una operación contra "la delincuencia vinculada a la inmigración ilegal".

Otros 74 extranjeros fueron retenidos para su identificación. Esta redada fue tachada de "descarada acción electoral" por parte de la oposición. Pero las redadas continuaron durante los meses posteriores. La zona de copas Costa Polvoranca vivió su primera operación, con 51 extranjeros detenidos, el sábado 22 de noviembre.

Al día siguiente, el dispositivo policial se desplazó hasta Coslada, donde fueron arrestados 44 inmigrantes. El viernes 19 de diciembre el bar El Sitio Tropical, situado en el número 20 de la Costanilla de los Ángeles (Centro) vivió su particular redada. Allí, la policía sólo se llevó detenidos a cinco inmigrantes.

Fuentes policiales señalaron entonces que esa operación se produjo para frenar "la alta conflictividad del local", ya que sus clientes protagonizaron numerosas peleas y enfrentamientos, sobre todo a altas horas de la madrugada en los exteriores del local.

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